El mundo está en llamas. ¿Pero cómo hacer que la gente lo sepa?

29 de Octubre de 2019

 

El ritmo anual del año de las Naciones Unidas alcanza su punto álgido durante la Asamblea General en septiembre. Un mes tras su celebración, toca reflexionar sobre la reunión de este año, que fue notable por su enfoque en la lucha contra el cambio climático, el efecto transformador de una niña de 16 años diciendo las cosas tal y como son, y la forma en el público pareció escucharla de una forma en la que no lo había hecho antes.

"La gente está muriendo, ecosistemas enteros se están derrumbando, estamos en el comienzo de una extinción masiva, y lo único que se puede hablar es de dinero y cuentos de hadas sobre un crecimiento económico eterno". - Greta Thunberg, Activista Climática. 

El mundo ha escuchado ya muchas explicaciones científicas exhaustivas sobre lo que debemos hacer para combatir el calentamiento global. Y todas ellas más largas que las 495 palabras que Greta Thunberg usó en su discurso dirigido a los delegados que atendieron al evento, y sin embargo ella está consiguiendo estimular a más personas a actuar con un sentido de urgencia que nunca se había visto antes, a pesar de las miles de páginas publicadas basadas en ciencia rigurosamente discutida. ¿Por qué hay tanta gente escuchando estos mensajes como si fuera la primera vez?

Las razones tras este fenómeno son importantes de explorar y deberían hacernos reflexionar sobre la mejor manera de lograr un cambio en el mundo. Estas razones se basan en la psique humana y pueden ayudarnos a aprender cómo reciben nuestros mensajes aquellos a quienes queremos influir. Si comprendamos estos fundamentos humanos, entenderemos por qué a veces nuestros argumentos sobre el cambio climático tienen éxito, y por qué otras veces fallan. Todo tiene que ver con la habilidad de transmitir un mensaje claro e imperturbable, que puede surgir de forma natural, como parece ser el caso para Greta o, para el resto de nosotros, mediante el uso de técnicas de mindfulness para conseguir calmar la mente antes de hablar.

Necesitamos encender un fuego debajo de los asientos de los tomadores de decisiones. Greta ha provocado la llama, pero debemos aprender a mantenerla encendida. El movimiento global Extinction Rebellion ciertamente aviva las llamas, pero ¿qué podemos hacer nosotros como profesionales del desarrollo para mantener el impulso?

Una voz calmada y directa nos ayuda a expresar estos mensajes mejor que las voces elevadas en una discusión de alto volumen. Expertos han demostrado que el oído humano sabe adaptarse para reducir el volumen de un discurso estridente, por lo que un enfoque medido llega a su destino con mayor eficacia que cualquier voz elevada. Un caso claro: Extinction Rebellion, aunque decidido a transmitir su punto de vista, es infaliblemente cortés y siempre se disculpa por la interrupción que causa. Conseguir el tono de voz correcto y utilizar técnicas como la meditación para generar en nuestro discurso compasión y empatía con nuestra audiencia, ayudará al público a sentirse seguro y a escuchar realmente nuestro mensaje.

¿Cómo enfrentar este reto? En el Programa de Materias Primas Sostenibles (Green Commodities Programme) del PNUD, hemos desarrollado una serie de procesos cuidadosamente diseñados que reúnen a todas las partes interesadas relevantes en espacios seguros donde las personas pueden explorar diferencias, encontrar puntos en común y crear soluciones para el desarrollo de productos sostenibles de forma conjunta. Lo llamamos Colaboración de múltiples partes interesadas para el cambio sistémico (MSCFSC por sus siglas en inglés: Multi-Stakeholder Collaboration for Systemic Change). Estos procesos están pensados para infundir confianza entre las partes interesadas, crear resiliencia a los riesgos externos y producir una comunidad donde las partes interesadas pueden escuchar con calma las ideas y problemas de los demás.

Si vamos a tomar las medidas necesarias para combatir el cambio climático, no solo necesitamos cambiar lo que hacemos, sino también cómo pensamos y cómo hablamos. En el PNUD estamos convencidos de que la forma de seguir adelante es crear espacios de colaboración donde podamos estar en calma y sentirnos seguros si realmente queremos escuchar las soluciones de los demás.