Cómo aprovechará el PNUD estos dos meses de respiro para hacer frente al hambre
La tregua trae esperanza al Yemen
4 de Abril de 2022
El sábado 2 de abril a las 19:00 horas el Yemen inició una tregua de dos meses acordada por las partes del conflicto y promovida por el Enviado Especial para el Yemen, Hans Grundberg. En paralelo, se iniciaron en Riad las conversaciones por la paz entre yemeníes, incentivadas por el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo. Por primera vez en siete años, estos acontecimientos traen la esperanza a la población yemení de que la paz pueda prevalecer por más tiempo, más allá de los dos meses de tregua.
Esta buena noticia se ha hecho de esperar. Es necesario abordar urgentemente las crisis humanitaria y de desarrollo que asolan el Yemen, mientras nos acercamos a un punto de inflexión para los 31,8 millones de habitantes del país.
De acuerdo al informe sobre los impactos de la guerra en el Yemen del PNUD (en inglés), cientos de miles de muertes pueden atribuirse a los efectos indirectos del conflicto, y no al campo de batalla. Es decir, están muriendo más personas por el hambre, por la falta de acceso a servicios y por la degradación de las condiciones de vida que por la violencia directa. La prolongada guerra ha provocado un daño irreparable al Yemen y su población, así como también ha perjudicado gravemente el tejido social del país.
Las Naciones Unidas y otras agencias que están trabajando en todo el Yemen continúan clamando lo grave y urgente de la situación, pero las crisis globales han resultado en prioridades que compiten entre sí. En marzo, UN High Level Pledging Event for Yemen (Reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre promesas de contribución para el Yemen) realizó una petición urgente de USD 4.300 millones para hacer frente a las principales necesidades. Lamentablemente, pese a los acuerdos, solo se comprometieron unos USD 1.620 millones y las agencias de asistencia tendrán que hacer más con menos para satisfacer unas necesidades que cada vez son mayores.
Lo peor es que la ONU proyecta una inseguridad alimentaria sin precedentes para junio de 2022. El ejercicio de recolección de información más completo desde que inició el conflicto prevé que 19 millones de personas, quienes representan el 60 % de la población, se enfrentarán a la inseguridad alimentaria aguda y necesitarán asistencia urgente. La cuestión fundamental es que dos de cada tres yemeníes no tendrán dónde ni cómo conseguir su próxima comida, pese a que hay disponibilidad de alimentos en todo el país.
El costo de los alimentos continúa creciendo, mientras el acceso a estos se reduce. Con hogares con menos ingresos debido a los años en los que las personas no han recibido sus salarios y con una disminución de remesas, el incremento de los impuestos y la continua depreciación de la moneda, especialmente en el Sur, la posibilidad de que una familia compre comida y otros suministros vitales se ha debilitado significativamente. Esto es simplemente devastador para un país que importa el 90 % de sus alimentos.
Para la mayoría de los yemeníes no hay cuentas de ahorro y casi no tienen ni acceso a lo básico. La mayoría vive al día, mientras el coste de los alimentos se dispara y aleja de los más necesitados y desesperados.
Y relacionado con la asequibilidad de los alimentos está el reciente aumento de los costes de envío que se han multiplicado siete veces en 18 meses, además del aumento disparado que han tenido los alimentos básicos a granel. La situación generada por la COVID-19, asimismo, ha reducido el poder de compra de los consumidores.
Desafortunadamente, esto solo empeorará ante la arremetida del conflicto ucraniano, ya que el Yemen depende de Ucrania y Rusia para más del 55 % de sus importaciones de cereales. Aunque los mercados están llenos de alimentos, el incremento de los precios del trigo, el arroz, el maíz y el combustible han supuesto un duro golpe para las familias pobres del Yemen.
Nuestro informe reciente sobre el impacto de la guerra proyecta que es posible cambiar la trayectoria del país en solo una generación, si se detiene la guerra ahora. Sin embargo, necesitamos actuar ya para cambiar este paradigma.
El PNUD está abordando los problemas en el país a través de soluciones holísticas, asequibles e innovadoras. Desde el trabajo con transportistas y consumidores, pasando por las infraestructuras, estamos intentando encontrar respuestas a la crisis de asequibilidad de los alimentos en el Yemen.
Lo hacemos rehabilitando la infraestructura de los principales puertos marítimos del Yemen, para crear procesos más efectivos y eficientes, ahorrando significativamente tiempo y millones en costos de transporte que beneficiarán a los hogares del país.
Al mismo tiempo, y por primera vez en el PNUD, estamos trabajando con líderes de la industria de seguros para crear un innovador fondo de garantía de seguros para compañías navieras que no solo reduce el costo para los cargadores, sino también el costo de los productos básicos entrantes, como el combustible y los alimentos. Estimamos que se pueden ahorrar alrededor de USD 250 millones al año a través de estos esfuerzos, un costo que ahora está siendo absorbido directamente por el consumidor yemení.
En alianza con el Banco Mundial y otros socios, trabajamos con la población yemení para fortalecer las oportunidades de negocios y empleo, lo que en última instancia les permitirá comprar alimentos y cubrir otras necesidades de sus familias.
Podemos crear un cambio significativo en el desarrollo de soluciones a la inseguridad alimentaria en el Yemen si lo hacemos de la mano de su población. Además de lo que el PNUD ya viene haciendo para mejorar los ingresos de los hogares y para reducir los costos de los alimentos, trabajar para levantar las restricciones al comercio y la inversión en el Yemen para los actores no sancionados dará lugar a una economía sin obstáculos para que los yemeníes recuperen sus empleos y salarios. Estas medidas ayudarán a abordar el cada vez mayor problema alimentario en el Yemen, lo que servirá para aliviar la dependencia en la ayuda y abrirá el camino para reconstruir mejor.