De acuerdo con un nuevo estudio de la ONU, rutas legales para la migración, remesas más baratas y garantizar los derechos de las mujeres podría ayudar a que la gente vuelva a desplazarse.
Migrantes son actores clave para la recuperación del desarrollo mundial post COVID-19
21 de Octubre de 2020
Nueva York - La movilidad humana se ha paralizado debido al impacto general de la pandemia de COVID-19 que ha golpeado fuertemente a las personas en tránsito. A medida que las fronteras reabren lentamente, un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ilustra cómo los gobiernos pueden configurar la migración para beneficiar al desarrollo e impulsar la recuperación.
El informe Movilidad humana, oportunidades compartidas: Análisis del Informe sobre Desarrollo Humano 2009 y la ruta hacia delante, examina la última década y evalúa la forma en que las futuras respuestas políticas podrían facilitar la migración segura, ordenada y regular.
Movilidad Humana, oportunidades compartidas recomienda ampliar las rutas legales, reducir los costos de transacción de las remesas, garantizar los derechos de las personas migrantes, especialmente para las mujeres, fomentar la integración y la cohesión social, y movilizar a las diásporas. Dado que la migración forzosa se ha duplicado en los últimos 10 años hasta alcanzar unos 79 millones de personas, combatir sus causas será esencial para el desarrollo.
«La pandemia y la pausa en los viajes son una oportunidad para redefinir la movilidad humana y construir un mundo mejor. Promover los beneficios, reducir los costos y hacer que la migración sea una opción nos preparará hoy para hacer frente a los nuevos retos que plantee el cambio climático, la creciente inequidad y la transformación digital del trabajo mañana», dijo el Administrador del PNUD Achim Steiner.
Las personas en tránsito son sumamente vulnerables a los impactos sanitarios, económicos y sociales del coronavirus. Las personas migrantes, por sus contribuciones a nivel económico y laboral, también son esenciales para la recuperación. «Nadie está seguro hasta que todos estén seguros» significa una respuesta inclusiva, que incluye a las personas migrantes.
«A la crisis económica mundial de 2008 le siguió una década de un debate muy politizado, algunos avances y muchas oportunidades desperdiciadas en relación con la movilidad humana. Debemos redoblar esfuerzos ahora y centrarnos en los progresos en los próximos diez años si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible», concluyó Steiner.
Bien gestionada, la movilidad humana impulsa el crecimiento económico, reduce inequidades y conecta a sociedades diversas. Aunque únicamente representan el 3,5% de la población mundial, las personas migrantes generaron el 9% del PIB mundial en 2015, por ejemplo.
Estudios realizados por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial muestran que un aumento porcentual de la proporción de migrantes en países de altos ingresos aumenta el ingreso per cápita en un 2%. Si las personas inmigrantes aumentaran la mano de obra de los países ricos en 3%, el PIB mundial incrementaría 356.000 USD millones para 2025.
«Las economías y las sociedades saludables dependen de la movilidad humana. Los esfuerzos de recuperación de la COVID-19 deben incluir a las personas migrantes, asegurando que sus derechos no sean marginados y que no se desperdicie su contribución», añadió la administradora adjunta y directora de la Oficina de Crisis del PNUD, Asako Okai.
El informe dice que desde 2009 se ha avanzado poco en cuanto a abordar la movilidad de personas migrantes poco cualificadas. Los derechos de las personas migrantes están más protegidos en papel; pero, en la mayoría de los países, su acceso a protección y servicios sociales sigue siendo limitado. Y los costos de transacción para documentos, desplazamiento y transferencias monetarias siguen siendo obstinadamente elevados.
Al mismo tiempo, nuevos enfoques están potenciando los beneficios de la movilidad humana para las personas migrantes y sus familias, así como para los países de origen y destino. Estos incluyen esfuerzos para ampliar las rutas legales de migración, innovaciones digitales para ayudar a las personas a ganarse la vida mientras están en tránsito, un enfoque renovado en protección social y la participación de las diásporas en las políticas de los países de origen.
«Las personas migrantes ayudan a proporcionar los elementos básicos para construir sociedades prósperas, aportando conocimientos, apoyo, redes y habilidades en los países de origen, tránsito y destino», dice António Vitorino, Director General de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). «Sin embargo, los beneficios de la migración para el desarrollo no están garantizados. Los resultados positivos dependen de tener instauradas estructuras sociales, culturares, políticas y económicas favorables».
Junto con la Organización Internacional para las Migraciones, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y contrapartes en la Red de las Naciones Unidas sobre migración, el PNUD está listo para apoyar a los responsables políticos para amplificar los efectos de empoderamiento de la migración y mitigar el aumento de las vulnerabilidades a la luz de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.
Movilidad humana, oportunidades compartidas: Análisis del Informe sobre Desarrollo Humano 2009 y la ruta hacia delante se publica cuando el PNUD conmemora 30 años de sus históricos Informes de Desarrollo Humano con una serie de eventos.