- Iniciativa fomenta la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un trabajo conjunto entre el sector público, privado y organismos internacionales.
- SCALA desarrollará dos proyectos pilotos orientados a fortalecer la agenda climática del sector agro.
- Costa Rica dedica a pasturas un 43% del suelo dedicado a la agricultura. Las fincas ganaderas destinan el 25% de su área a la conservación de bosques.
San José 7 de septiembre. Un nuevo Programa SCALA apunta a incrementar la ambición climática para mejorar el uso de la tierra y la agricultura, reducir la emisión de GEI, fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación ante la variabilidad climática de las fincas de productores y productoras en Costa Rica.
Además, promoverá soluciones para la transformación de los sistemas alimentarios y el establecimiento de medidas más ambiciosas, con el fin de mejorar integralmente la seguridad alimentaria y nutricional, la salud pública y proteger la biodiversidad.
SCALA es fruto del esfuerzo conjunto entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“Es indispensable seguir trabajando en conjunto de manera articulada, pues contamos con una agenda de acción climática robusta y una agenda agroambiente que deben servir como marco para hacer sinergias entre los diferentes sectores en beneficio del país”, comentó Laura Pacheco Ovares, viceministra de Agricultura y Ganadería.
Los fondos para desarrollar este proyecto son US$600K provenientes de IKI (International Climate Iniciative) del Ministerio Federal del Ambiente de Alemania y se proyecta beneficiar al menos unas 100 familias directamente.
La acción climática en el uso de la tierra y agricultura contempla el lanzamiento de dos proyectos piloto que fortalecen acciones previas del sector agropecuario.
El primer piloto corresponde al desarrollo de una norma que permitirá trazar la producción de carne bovina en la Región Brunca y ofrecer al consumidor un producto que comprueba ser originado de fincas libres de deforestación y que también ponen en práctica las medidas de mitigación y adaptación.
Este es un trabajo conjunto con la Corporación Ganadera (CORFOGA), MAG, Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica y el proyecto Paisajes Productivos de PNUD. Para ello, se utilizará como herramienta de verificación, el monitoreo de cambio en la cobertura y uso de la tierra (MOCUPP) desarrollada por el Laboratorio PRIAS del Centro Nacional de Alta Tecnología, el Instituto Geográfico y el Registro Nacional con el apoyo de PNUD.
El segundo proyecto comprende la facilitación de recursos y financiamiento para la puesta en marcha de un esquema de reconocimiento a productores que aplican prácticas de manejo sostenible del suelo (MSS) en sus fincas, permitiendo la recarbonización de estos suelos (RECSOIL).
Este es un trabajo colaborativo entre MAG, INTA, ACSC (Asociación Costarricense de la Ciencia del Suelo), el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal ( FONAFIFO) y FAO.
“La gestión adaptativa principalmente en función de la seguridad alimentaria resulta crucial en este contexto, por lo que Costa Rica ha incluido al sector agropecuario como eje fundamental en todos sus instrumentos de planificación en materia de acción climática”, dijo Marco Chinchilla de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Energía.
El programa SCALA también contribuye a la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y tiene como objetivo llevar las experiencias de los países, a las negociaciones internacionales.
“Este proyecto es parte de los esfuerzos interagenciales entre el PNUD y la FAO, con la participación del MAG y MINAE, para contribuir a que el sector agropecuario fortalezca el trabajo que ha desarrollado en la reducción de la pérdida de la cobertura forestal, el mejoramiento del uso del suelo, los procesos de producción y comercialización de productos diferenciados”, comentó Miriam Miranda Quirós, coordinadora del Proyecto Paisajes Productivos del PNUD.
“La acción climática en los sistemas alimentarios puede aportar un 20% de la reducción de emisiones requerida para el 2050. Por lo que los países pueden mejorar las posibilidades de alcanzar los objetivos climáticos y limitar el calentamiento a 1,5˚C a fines de siglo, mediante la adopción de compromisos más específicos para transformar los sistemas alimentarios, y no solo en la fase de producción, sino en su totalidad, desde las fincas, hasta el consumo de alimentos, mediante la adopción de patrones de consumo y dietas más sostenibles”, comentó Andrea Padilla, representante asistente de programas de la FAO en Costa Rica.
Según el Panel Intergubernamental en Cambio Climático, el 23% de todas las emisiones netas de gases de efecto invernadero producidas por el ser humano provienen de la agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra; sin embargo, la FAO advierte que casi la mitad de las soluciones existentes, escalables y operacionalmente viables para mantenerse dentro de los objetivos climáticos internacionalmente acordados provienen del mismo sector.
El lanzamiento del Programa SCALA se realizó recientemente en un taller para facilitar y promover el proceso de intercambio, retroalimentación y socialización de las actividades que el proyecto desarrollará en el marco de la Agenda AgroAmbiente, que el MAG y Minae han venido construyendo con apoyo de la FAO para su implementación, junto a las contribuciones nacionales determinadas y el plan nacional de adaptación al cambio climático de Costa Rica.
Actualmente, existe un consenso entre el gobierno nacional, el sector privado y la sociedad civil de que los sectores de carne y café de Costa Rica deben mejorar el desempeño social y ambiental de la cadena de producción y suministro.
Hay aproximadamente 1,28 millones de cabezas de ganado en 37 171 fincas. El 42% del ganado vacuno se destina a la producción de carne, el 26% a la producción de leche y el 32% a doble finalidad.
La ganadería costarricense se basa en el pastoreo y utiliza cerca de un millón hectáreas, área equivalente al 43% de la tierra dedicada a la agricultura y al 20% del área total nacional. Más de 26.000 productores informan que el ganado es una actividad primaria generadora de ingresos y más de 37.000 productores tienen ganado en su finca.
Desde que se inició la implementación de la NAMA Ganadería el hato nacional ha crecido en un 25% y utiliza la misma cantidad de área de pastoreo, comprobando que es posible una intensificación sostenible de la actividad.
La agricultura familiar tiene un papel clave en la seguridad alimentaria y nutricional, la gestión de los recursos naturales, la dinamización del desarrollo económico de los territorios rurales, la preservación del patrimonio cultural y, en general, para crear y mantener sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos.