1. ¿Qué papel desempeñan las mujeres rurales en el sector agrícola de Costa Rica y a qué retos se enfrentan en el contexto del cambio climático?

Rafaella Sánchez Mora: Las mujeres rurales de Costa Rica son cruciales para la agricultura y la acción climática. Aunque representan sólo el 15,6% de los productores agrícolas y gestionan sólo el 8,1% de las tierras agrícolas, su experiencia en la gestión de la fauna y flora silvestres, la genética vegetal y las prácticas sostenibles es indispensable. Por ejemplo, las mujeres pastoras son esenciales para la producción ganadera sostenible, que es clave para la acción de adaptación al clima en Costa Rica.

Sin embargo, las importantes contribuciones de las mujeres a menudo se pasan por alto debido a muchas desigualdades, como el acceso limitado a recursos y oportunidades. Los impactos del cambio climático, agravadas por las secuelas de la pandemia del COVID-19, han afectado también de forma desproporcionada a las mujeres rurales, ya de por sí vulnerables.

Sólo el 3,1% de las explotaciones dirigidas por mujeres reciben asistencia técnica, y sólo el 38,4% de las organizaciones de mujeres pueden acceder al crédito, frente al 61% de las organizaciones dirigidas por hombres. Además, el 82% de las organizaciones de mujeres funcionan de manera informal, lo que refleja estereotipos de género muy arraigados. Las mujeres también dedican más del doble de tiempo al trabajo doméstico y al cuidado de los niños que los hombres, lo que limita sus oportunidades económicas.

2.¿Cómo apoyan las políticas climáticas nacionales de Costa Rica la igualdad de género en el sector agrícola? ¿Cuáles son algunos ejemplos de iniciativas exitosas?

Rafaella Sánchez Mora: Costa Rica ha logrado avances significativos en la integración de la igualdad de género en sus políticas climáticas nacionales, alineándose con las normas internacionales de derechos humanos y abordando las necesidades de las mujeres en la agricultura. En 2016, el país avanzó en la participación de las mujeres en la política climática a través de iniciativas como la NAMA Ganadería, que incluía apoyo específico para las mujeres en el sector ganadero.

En 2018, la Política Nacional de Adaptación al Cambio Climático incorporó perspectivas de género y derechos humanos para fortalecer la adaptación climática en la agricultura, abordando además los distintos impactos del cambio climático en diversos grupos.

De cara al futuro, la implementación de la Contribución Determinada a Nivel Nacional supervisará y promoverá la igualdad de género y la inclusión de los grupos marginados en todos los sectores climáticos de aquí a 2030. Como complemento a estos esfuerzos, se han previsto programas de formación para abordar los diversos impactos del cambio climático en estos grupos. Además, la Política de Igualdad de Género para el Desarrollo Inclusivo en el Sector Agrícola (2020-2030) se centra en mejorar el acceso de las mujeres a los recursos y aumentar su capacidad de adaptación a los impactos del cambio climático.

Más recientemente, en 2023, Costa Rica introdujo el Plan de Acción Nacional sobre Igualdad de Género en la Acción por el Clima, que hace hincapié en estrategias multisectoriales como la empleabilidad, la autonomía económica y el desarrollo de capacidades, al tiempo que integra aún más las perspectivas de género en las acciones climáticas.