María y la Flor de Jamaica : Una iniciativa de desarrollo local en manos de mujer
29 de Agosto de 2022
En el portal de su casa en la finca Charrabascal, en las lomas de La Palma en Pinar del Río; María repite que nunca es tarde si la dicha es buena, y se le ponen ganas.
María Valido no pudo culminar de estudiar hasta que ya fue adulta. Su padre y su familia, preferían tenerla cerca para atender las labores de la casa donde vivían en la zona montañosa de La Palma en Pinar del Río.
Charrabascal es el lugar donde María, de conjunto con su familia, ha podido echar a andar sus sueños. Tras conocer a Agustín, “pusieron casa” desde temprano con el fin de construir una vida juntos. En el hogar común no solo se cultivaba la tierra, si no los aprendizajes de sus habitantes.
María y sus esposo cultivan vegetales para la venta en la comunidad en una casa de cultivo donada por PADIT, con apoyo de la cooperación italiana.
En la pequeña finca se practica la permacultura. Todo lo que se consume en la casa sale del patio de donde viven. La tierra es trabajada de forma orgánica, asegurando una convivencia sostenible con el ambiente que les rodea y diversificando los cultivos.
En los últimos años, muchos visitantes han decidido compartir con María y su familia la experiencia de la vida cercana a la tierra en un campo cubano. Poco a poco, la recurrencia de viajeros hizo que el lugar se convirtiera en un emprendimiento de turismo sostenible que comenzó a conocerse aún mas lejos de las lomas de La Palma.
Las zonas montañosas de Cuba han estado retadas en las últimas décadas por un progresivo proceso de migración hacia las ciudades, afectando la disponibilidad de fuerza de trabajo.
La experiencia de Charrabascal, permitió a los responsables de las estrategias de desarrollo de la provincia de Pinar del Río, distinguir una oportunidad de potenciar una iniciativa que permitieran generar empleo y producción de alimentos en la zona, desde el liderazgo de mujeres y en una convivencia armónica con la naturaleza.
En el marco de la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial, PADIT; las ganas de hacer de María encontraron una ruta, con el sabor de la Flor de Jamaica.
La Flor de Jamaica procede de países africanos y se distingue por ser rica en antioxidantes, vitamina C y ácidos orgánicos; los cuales proporcionan diversos beneficios para la salud, como ayudar a controlar la presión arterial, regular el azúcar en la sangre y las infecciones urinarias.
La familia de María, toma la Flor de Jamaica en desayunos, en las tardes y noches antes de dormir. De la flor se hacen dulces, ensaladas y jugos y es un componente esencial de sus modos de vida.
Con el apoyo de PADIT, María y su familia han puesto en marcha una minindustria que les permite elaborar mermeladas, jugos, membrillo, vinagre, vino; una serie de alimentos derivados de esta flor y otros frutos que además poseen un alto contenido nutricional. La iniciativa no solo aporta una mayor cuantía en la producción de alimentos para la comunidad, sino que es una fuente de empleo para sus habitantes. María fue gestora esta idea, a partir de cursos en los que aprendió sobre cómo realizar productos conservados de manera natural, tales como el pimiento, el tomate, el vinagre.
El proyecto ha podido compartir sus aprendizajes con diferentes productores del territorio que se integran a otras experiencias de PADIT, incentivándoles a cultivar con métodos agroecológicos.
En las imágenes, la familia de Charrabascal descarga y revisa los componentes de la casa de cultivo donanda por PADIT para apoyar la iniciativa.
Dayma, su nuera, es licenciada en Logopedia. "Es mi trabajo por profesión", cuenta; pero lleva a la par ser madre de una pequeña y un niño, con el esfuerzo que realiza en la finca como parte del proyecto familiar que le apasiona. Advierte que aun queda mucho por hacer en la comunidad para fomentar una vida en equidad entre hombres y mujeres. Este ha sido un proceso de crecimiento de todas y todos, asegura.
Nuestra visión de la agricultura, señala, “permite no solo obtener productos sanos, sino aprovechar aquellos que pueden desperdiciarse durante la sobrecosecha”. Por eso, despositan expectativas en la mini-industria que se instala en la finca, como fuente de trabajo en esta apartada zona montañosa, en años de menos afluencia turística y dificultades de movilidad.
La experiencia de Charrabascal forma parte de un centenar de iniciativas con que PADIT impulsa procesos de innovación, generando capacidades locales para el desarrollo inclusivo y sostenible.
La Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial (PADIT), es una política pública en apoyo al desarrollo territorial que se lidera por el Ministerio de Economía y Planificación de Cuba y los gobiernos territoriales. Es acompañada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo con sede en La Habana (AICS).
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Redactado con la colaboración de Danna Márquez.