Tratar de trazar la historia de un arte de pesca tan antiguo como la humanidad es pensar en la humanidad misma. En un principio, esta pesca era una fuente de alimento y supervivencia para el ser humano y posteriormente, con su incremento de producción, se convirtió en una actividad comercial floreciente que contribuyó a la prosperidad de muchas comunidades y civilizaciones.
La pesquería de caña es un conocimiento ancestral transmitido de generación en generación. Detrás de este arte de pesca hay cientos de manos que cada día realizan un duro y valiente oficio y que trabajan en conjunto, codo a codo, durante días en medio del mar.
El atún con caña en el Ecuador
En el Ecuador la pesca de atún tiene una larga historia, y en esa rica historia uno de sus momentos claves está ligado a los pescadores de atún con caña de mediados del siglo XX. Este grupo de pescadores ha venido realizado este arte de pesca durante muchísimos años y en sus rostros, manos, expresiones y hablar se nota el paso del tiempo. La tecnología y las grandes flotas pesqueras han ido lentamente desplazando a este tipo de arte de pesca, que al igual que sus pescadores han tenido que resistir al tiempo y a la inclemencia de un mercado que se ha vuelto muy competitivo.
Pese a ello, se han negado cambiar sus herramientas, su arte ancestral y su modo de vida. Durante mucho tiempo parecía que este arte podía desaparecer hasta que el mundo se enfrentó con la realidad de que es necesario contar con una pesca selectiva, más sostenible y respetuosa de los ecosistemas.
Ahora, este arte de pesca tradicional se ha demostrado sostenible. El mundo demanda un pesca de atún responsable, que no comprometa a las presentes y futuras generaciones. Hombres y mujeres, como consumidores, han tomado conciencia de que el impacto de su consumo tiene consecuencias en nuestros mares, en nuestros campos, en nuestros bosques, en la existencia de la vida en el planeta. Las perchas de los principales mercados internacionales ya son una muestra con productos certificados de pesca de atún con caña.
Fotografías por Gustavo Crespo - Conservación Internacional Ecuador
Un anzuelo, un atún. La sostenibilidad del mar depende de esta fórmula, y sobre todo la sostenibilidad de una especie como el atún depende de aquel conocimiento que recae en aquellos sabios pescadores cuyas manos aún mantienen firmes las cañas que agitan aquel hilo invisible que los conecta con el mar.
Ahora, el reto recae en fortalecer esta flota pesquera en el Ecuador para que se transmita el conocimiento a las nuevas generaciones, existan más jóvenes interesados en la pesca de atún con caña, y se pueda fortalecer el entorno de la gobernanza de esta pesquería para que eventualmente se integre con fuerza a los mercados internacionales.
"Mi abuelo fue pescador de atún con caña, mi padre también lo fue, ahora yo también me dedico a esta actividad y espero que en un futuro mi hijo pueda continuar con este legado. Y por eso sé lo importante que es tener una pesca sostenible del atún"
Augusto López, Presidente de la Cooperativa Cañeros de Manta
Fotografía por Sebastián Espín Meneses - Iniciativa Pesquerías Costeras (PNUD)
El Ministerio de Producción Comercio Exterior Inversiones y Pesca, a través de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros viene impulsando políticas que apoyan a la pesquería de atún con caña. Entre estas, el pasado 12 de marzo de 2019, se publicó un Acuerdo Ministerial, que establece el ordenamiento para la pesquería de atún con caña y línea. Este acuerdo es clave pues abre el camino para una serie de acciones que se pueden llevar a cabo a nivel nacional e internacional en la búsqueda del manejo integral del atún con caña ecuatoriano.
Para alcanzar estas metas y planes propuestos, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) viene implementando dos proyectos que apoyan a estos esfuerzos del Ecuador: la Iniciativa de Pesquerías Costeras que se ejecuta conjuntamente con Conservación Internacional Ecuador y busca fortalecer la gobernanza y la sostenibilidad ambiental del atún con caña y el Proyecto Cadenas Mundiales Sostenibles de Suministro de Productos del Mar que complementa estos esfuerzos y busca completar el círculo de la sostenibilidad al integrar esta pesquería con los mercados internacionales y trabajar transversalmente en la cadena de valor de este recurso.
Ahora, aquellos pescadores que durante años han dado su vida a este arte, tienen una esperanza para que sus nietos tomen las cañas que otrora ellos usaron, y se aventuren a conectar al mar a través de esa delgada línea invisible que ha trascendido en el tiempo.
El programa global Iniciativa Pesquerías Costeras (CFI), es una alianza de seis organizaciones (FAO, PNUD, WWF, PNUMA, Banco Mundial y Conservación International), que se ha desarrollado y financiado dentro del marco del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés) para resguardar los océanos y el medio marino. El Programa promueve un cambio hacia un enfoque integrado, inclusivo y sostenible para la gestión y desarrollo pesquero, debido a que, a nivel mundial, las pesquerías costeras están amenazadas por varios factores como la sobrepesca, la degradación de hábitats y el cambio climático, y se ha identificado que la principal barrera es la falta de una sólida gobernanza. Frente a ello, el CFI se ejecuta en África, Asia y Latinoamérica a través de tres proyectos locales y regionales.
El proyecto CFI en América Latina, lo ejecuta el Ministerio del Ambiente (MINAM), los Gobiernos Regionales de Tumbes y Piura (GORE Tumbes, GORE Piura) en el Perú y el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (MPCIP) y la Sub Secretaría de Gestión Marino Costera (SGMC) en Ecuador, a través de sus socios implementadores WWF y Conservación Internacional (CI) Ecuador. El proyecto en su ejecución en América Latina cuenta con la cooperación técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como agencia implementadora del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).