El Sistema de las Naciones Unidas en El Salvador propone un espacio de diálogo para discutir y apoyar la creación de una agenda para la gestión del plástico de un solo uso al nivel de producción, consumo y disposición de los desechos, con el propósito de reducir la contaminación en los suelos y los océanos. En el marco de dicha agenda, se realizó el foro “Oportunidades para la gestión sostenible del plástico de un solo uso en El Salvador”.
Promueven la gestión sostenible del plástico de un solo uso en El Salvador
22 de Mayo de 2023
El Sistema de las Naciones Unidas en El Salvador propone un espacio de diálogo para discutir y apoyar la creación de una agenda para la gestión del plástico de un solo uso al nivel de producción, consumo y disposición de los desechos, con el propósito de reducir la contaminación en los suelos y los océanos. En el marco de dicha agenda, se realizó el foro “Oportunidades para la gestión sostenible del plástico de un solo uso en El Salvador”.
Esta iniciativa es impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El Foro incluyó ponencias nacionales e internacionales en las que se abordaron los avances sobre un nuevo acuerdo mundial para poner fin a la contaminación por plásticos; así como las afectaciones y posibles soluciones multisectoriales, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que rigen los esfuerzos de los países para lograr un mundo sostenible en el 2030.
Además, se conocieron iniciativas gubernamentales y experiencias internacionales en el ámbito normativo, de educación ambiental y sensibilización, acciones del sector privado; así como iniciativas territoriales innovadores para la recolección y transformación de desechos plásticos.
La gestión del ciclo de vida del plástico, principalmente el de un solo uso, es uno los principales desafíos ambientales, climáticos y de salud de la actualidad. A nivel nacional, siete de cada diez hogares presentan al menos una carencia ambiental, lo cual los hacen vulnerables a los riesgos y eventos extremos. Las más comunes corresponden a las prácticas contaminantes (PNUD, 2021)
Este encuentro buscó motivar a las personas participantes a sumarse al diálogo y al diseño e implementación de soluciones multisectoriales y a impulsar políticas públicas, acciones desde el sector privado y, principalmente persigue transformar la manera de pensar y actuar; así como la necesidad de buscar compromisos, individuales y colectivos de actores privados, comunitarios y estatales, a nivel nacional.
Economía circular para enfrentar el cambio climático
Los plásticos generan emisiones de gases de efecto invernadero en cada etapa de su ciclo de vida, por lo tanto, alimentan la crisis climática, daña gravemente los ecosistemas y limitan la capacidad de los países para cumplir los objetivos ambientales globales, plasmados en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés).
Los sistemas de economía circular son aquellos donde se aprovechan los recursos y donde prevalece la reducción, la reutilización y el reciclaje, e implica usar materiales biodegradables, para que se generen menores cantidades de desechos y daños al medio ambiente (PNUD, 2021).
El PNUD impulsa la iniciativa para la reducción de los plásticos y promueve la economía circular en el marco del apoyo que brinda a El Salvador para implementar e incrementar la ambición de sus NDC, que definen la gestión de residuos sólidos como uno de sus sectores prioritarios. Este acompañamiento se brinda en el marco de la iniciativa Climate Promise que es la mayor oferta mundial de apoyo a los países en materia de compromisos climáticos nacionales en el marco del Acuerdo de París.
El uso del plástico y su impacto en los sistemas agroalimentarios
El uso de productos plásticos en la producción de alimentos es cada vez más habitual en todo el mundo. La versatilidad y variedad, su facilidad de fabricación, sus propiedades físicas y su asequibilidad los convierten en el material preferido para muchas aplicaciones, incluidas la pesca, la agricultura, ganadería y la industria agroalimentaria. En 2019, las cadenas de valor agrícolas utilizaron 12,5 millones de toneladas de productos plásticos en la producción vegetal y animal y 37,3 millones de toneladas en el envasado de alimentos, de acuerdo al informe “Assessment of agricultural plastics and their sustainability: A call for action”, publicado por la FAO en 2021.
Los desechos que generan estos materiales ha provocado una acumulación de micro-plásticos en los suelos, lo que reduce la productividad agrícola y podría provocar daños a la salud humana. Los fragmentos más grandes de plástico, tanto en el suelo, como en los océanos, amenazan el ecosistema.
En la agricultura salvadoreña también se utiliza mucho plástico en los depósitos de insumos, como fertilizantes y pesticidas. La composición química de estos productos los hace especialmente peligrosos para el suelo, el agua y la salud humana, por lo que requieren de un tratamiento especial para ser reciclados o para su disposición final.
La degradación ambiental como factor de migración
La degradación ambiental, incluyendo la contaminación por plásticos, impulsa la migración forzada a medida que los ecosistemas se deterioran y los recursos escasean. Los plásticos de un solo uso agravan esta situación, afectando la salud humana, la biodiversidad y los medios de subsistencia. Para abordar este problema, se requieren enfoques integrales que aborden las causas subyacentes del cambio ambiental y fomenten la resiliencia de las comunidades afectadas. Proteger el medio ambiente y adoptar prácticas sostenibles son fundamentales para prevenir la migración forzada y asegurar un futuro seguro para todas y todos.
La OIM está liderando acciones para abordar el vínculo entre la migración y el cambio climático. A través del fomento de estudios, se busca identificar el nexo entre ambos fenómenos y brindar recomendaciones basadas en evidencia. Asimismo, se está impulsando el posicionamiento del tema en diversos sectores, como instituciones gubernamentales, organismos internacionales, academia y sociedad civil, mediante la realización de foros que generan espacios de discusión y reflexión. Además, se están implementando procesos de formación especializados dirigidos a instituciones de gobierno, con el objetivo de promover una comprensión común de la terminología relacionada con la migración vinculada a factores ambientales y cambio climático, e identificar propuestas de acciones concretas.
Poner fin a la contaminación por plásticos: hacia un tratado global
La crisis de la contaminación por plásticos se deriva principalmente de la economía lineal actual: producir, usar y desechar. La producción global de plásticos ha crecido exponencialmente desde 1950 y actualmente produce 430 millones de toneladas métricas por año de las cuales 2/3 son productos de vida corta que se vuelven desechos y una cantidad creciente (139 millones de toneladas métricas en 2021 – el 32%) son plásticos de un solo uso. En una decisión histórica realizada en la Quinta Asamblea Ambiental de las Naciones Unidas (UNEA, por sus siglas en inglés), los 193 países miembros acordaron finalizar la contaminación por plásticos negociando un tratado global juridícamente vinculante que deberá estar listo a finales de 2024.
El PNUMA como huésped de estas negociaciones multilaterales medioambientales y siendo un actor de largo plazo en el tema de plásticos, está totalmente comprometido para trabajar con los sectores relevantes y finalizar con la contaminación por plástico. Para el caso de El Salvador, el PNUMA apoyó la elaboración del Plan nacional de acción sobre residuos marinos de El Salvador 2022-2032, liderado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible de El Salvador 2022-2026, establece las acciones a desarrollar por todo el sistema de las Naciones Unidas en el país, prevé apoyar a las instituciones nacionales, entidades privadas y organizaciones comunitarias en el impulso de políticas y estrategias que promuevan y desarrollen la economía asociativa y circular.
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