Protegiendo el ambiente y océanos desde el liderazgo de las mujeres en las comunidades
6 de Junio de 2023
Cada año, a principios del mes de junio, se celebran dos días muy importantes para el planeta: el día del medio ambiente el 5 de junio y el día de los océanos el 8 de junio. Ambas fechas nos recuerdan que nuestro planeta se encuentra en situación de emergencia. La contaminación, la pérdida de biodiversidad, el calentamiento global, el aumento del nivel del mar, cada uno de estos son síntomas de esta emergencia. Dicha emergencia se agrava aún más por el impacto de las desigualdades, los conflictos, la inseguridad y las crisis sanitarias.
Invertir en la naturaleza y la biodiversidad es algo que va más allá de hablar sencillamente de conservación. La naturaleza y la diversidad biológica son la base de nuestras vidas, nuestras sociedades y nuestras economías. La pérdida de los beneficios proporcionados por unos ecosistemas sanos podría provocar una reducción del producto interior bruto mundial del orden de 8,300 lempiras por cada persona del planeta, cada año.
Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), apoyamos para que los países plasmen los objetivos del Marco Mundial de la Diversidad Biológica en la realidad mediante el impulso de tres transformaciones sistémicas que incluyen: un cambio de valores para reescribir las narrativas y promover un cambio en los comportamientos; una transformación en los apartados económico y financiero que incluya a la naturaleza en sus esquemas; y un cambio en las políticas y en la práctica para aprovechar de manera positiva el poder de la naturaleza.
También es muy importante actuar a nivel comunitario. En Honduras, el PNUD impulsa junto a la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente, un Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés). El principal objetivo de este programa es financiar iniciativas locales que promuevan la conservación de la biodiversidad y la protección de aguas internacionales, evitando la degradación de la tierra y el uso de contaminantes orgánicos persistentes.
En 22 años, el PPD ha invertido L 187 millones en 246 proyectos. Los resultados del PPD se ven reflejados en el desarrollo de capacidades en las comunidades que formulan sus proyectos y se hacen responsables de su ejecución. A continuación, presentamos algunos de estos proyectos que impactan positivamente al medioambiente y océanos, la mayoría de los cuales están liderados por mujeres.
Conservación de la tortuga golfina
El municipio de Marcovia, departamento de Choluteca, tiene cinco campamentos, ubicados en la franja del Golfo de Fonseca, en los que la tortuga golfina llega a desovar. La comunidad del Venado hace un esfuerzo particular por la conservación de estas tortugas, pues los huevos dejados por las madres son llevados a viveros donde serán cuidados las 24 horas y posteriormente liberadas una vez que eclosionen.
Esta práctica comunitaria se remonta más de 20 años atrás. Las personas encargadas de vigilar los nidos se refugiaban en una choza hecha de algunos palos de madera y una lona. En al año 2008, con el apoyo del PPD, se construyó el Centro de Conservación e Investigación de la Tortuga Golfina en la comunidad de El Venado, un laboratorio para estudios científicos que presta las condiciones necesarias para investigar la tortuga golfina llevando el control de los datos recogidos. Posteriormente, pudieron construirse viveros que sirven como incubadoras artificiales para resguardar los huevos de tortuga hasta el día que estas rompan el cascarón.
La liberación de la tortuga golfina en la comunidad de El Venado se ha vuelto el mayor atractivo para los que visitan esta zona de Honduras. Por eso, los habitantes de esta comunidad han desarrollado un turismo sostenible, en el que una gran parte de la población de El Venado está involucrada.
“Cuando las comunidades disfrutan de ingresos y negocios, ahí, se construye la esperanza y nace una relación a largo plazo para la conservación de los recursos naturales” declara Hugo Galeano, Coordinador Nacional del PPD.
Conservación de bosques de manglar
En la franja costera del Golfo de Fonseca, organizaciones de base comunitaria apoyadas por el PPD también han accionado para reforestar 360 hectáreas de ecosistema de manglares. Estas zonas reforestadas generan turismo sostenible a través de recorridos en lancha por el bosque de mangle, donde las personas visitantes pueden avistar las especies que viven en los manglares.
Los manglares son unos de los ecosistemas más productivos del mundo y se caracterizan por tolerar amplios rangos de salinidad. Son vitales para la alimentación de la vida submarina, siendo “semilleros” de muchas especies: crustáceos, peces, moluscos, entre otros animales. Aquí estas se reproducen y crecen.
“Estas plantas nos sirven para proteger el Golfo y también es ayuda para nosotros pescadores porque nosotros vivimos de la pesca. Es un oxígeno para nosotros y también para el clima. Miramos la diferencia porque el bosque ya se ve más fuerte y sentimos que ayudamos a la comunidad y ayudamos también a nuestros hijos” manifiesta Karen Jereda, productora de la comunidad de Guapinol.