Hacia una soberanía alimentaria: Estrategias comunitarias de producción de alimentos
12 de Marzo de 2023
Los impactos socioeconómicos derivados de la pandemia de la COVID-19 han sido particularmente graves en las zonas rurales e indígenas del centro y sureste de México, aumentando la vulnerabilidad de la población local.
Las empresas sociales, como sociedades de producción rural, cooperativas y asociaciones productivas vinculadas al sector primario de la economía sufrieron contracciones hasta del 100% en sus ventas de productos o servicios vinculados a la reducción de consumo y la reducción de movilidad por el confinamiento.
Asimismo, las comunidades rurales de esta región vieron afectada su suficiencia alimentaria durante la pandemia. Algunos de los retos a los que se enfrentaron fueron la pérdida de sistemas alimentarios locales como la siembra de hortalizas de consumo tradicional y la producción de aves de doble propósito, es decir, para huevo y carne. Además, el abandono de huertos de traspatio y técnicas de agricultura tradicional provocó un incremento en el consumo de alimentos ultra procesados y la pérdida de variedades de maíces criollos y otros cultivos. Aunado a lo anterior, las personas de estas comunidades que trabajaban en las ciudades se vieron obligadas a regresar a sus comunidades de origen por la pérdida de empleos. (EAN , 2020)
“Nos llevó todo, gallina, sembrado, maíz. Todo eso nos lo llevó”
Eldiana Cauich. Ama de casa. Maxcanú, Yucatán.
Para hacer frente a esta situación el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México implementó el proyecto “Reducción del impacto económico del COVID-19 y fomento a la recuperación temprana resiliente en comunidades de México” con el objetivo de contribuir a la recuperación resiliente de 107 comunidades en 8 estados de la República mexicana (los estados de Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Puebla y Morelos). Esto, a través del fortalecimiento de las técnicas y formas tradicionales de producción y del manejo de la tierra para alcanzar la suficiencia alimentaria.
“Esta soberanía está, es nuestra, están estos conocimientos, están en nuestros pueblos, y están en riesgo con esta forma de producir alimentos”
Leydy Pech. Apicultora. Hopelchén, Campeche
Para conocer las necesidades de las comunidades, el PNUD en México llevó a cabo la Evaluación de Afectaciones y Necesidades* (EAN) en más de 250 localidades de los 8 estados, con la cual se identificaron 107 comunidades con mayores afectaciones. Una vez identificadas las necesidades, se realizaron talleres participativos en las comunidades para definir las prioridades de atención de la estrategia de recuperación.
Las dos principales líneas de trabajo de la estrategia fueron:
- Producción de hortalizas en los traspatios y maíz en las milpas incluyendo el acompañamiento técnico y fortalecimiento de técnicas de producción agroecológica para los sistemas alimentarios locales.
- Producción de aves de traspatio, incluyendo la recuperación y mejora del sistema tradicional de producción de aves, desde la crianza, hasta la reproducción y el consumo.
Para reactivar la producción de hortalizas en los traspatios y maíz en las milpas se utilizó una metodología bio intensiva, es decir, una agricultura ecológica a pequeña escala que se enfoca en el autoconsumo y en comercializar los excedentes a pequeña escala. El proyecto brindó capacitaciones a las personas de la comunidad en manejo agroecológico, específicamente sobre la preparación de sustratos y semilleros, manejo de plagas y enfermedades, fertilizantes y abonos. Además, se les enseñó a preparar el área de cultivo mediante un calendario de siembra por temporada de calor y frío, se les entregaron semillas, esporas y se les acompañó durante la siembra.
Gracias al éxito del primer ciclo de siembra, las personas de las comunidades reflexionaron sobre la necesidad de recuperar los sistemas de autoproducción de alimentos y sobre la importancia de adaptarlos a las condiciones locales específicas. Por ejemplo, en Tabasco y Chiapas, además de los huertos se instalaron módulos de reproducción de hongos seta para autoconsumo y venta local de los excedentes. Por otro lado, en Puebla y Morelos se implementó un sistema de producción llamado bosques de alimentos, es decir, un sistema de producción de alimentos de bajo mantenimiento en los ecosistemas boscosos y multiestratos con extensión de entre 5 y 10 metros cuadrados, los cuales permiten producir hortalizas, plantas medicinales, y árboles frutales de rápido crecimiento.
Estas acciones permitieron a las comunidades tener alimentos rápidos, frescos y sanos, ahorrar al disminuir su adquisición en los mercados locales, fomentar el trabajo familiar y, sobre todo, conservar los saberes locales.
“Nos enseñaron cómo hacerlo la primera vez, luego nos dejaron semilla para que lo hiciéramos solitas, las del grupo. ¡Y sí, nacieron (los hongos), va funcionando bien!”
Luz Mireya Luna - Cintalapa Chiapas
Los esfuerzos de recuperación agroecológica de aves de traspatio se enfocaron en la mejora del sistema tradicional de producción de aves para huevo y carne en todas las etapas (crianza, reproducción y consumo). El Proyecto capacitó a las personas de las comunidades en salud y alimentación animal, incluyendo temas como vacunación, limpieza de los corrales y nidales, alimentación de las aves con maíz, forrajes, plantas aromáticas y desperdicios vegetales, tratamientos naturales de enfermedades comunes de las gallinas y sobre las incubadoras.
Además, durante las sesiones de capacitación los y las promotoras visitaron los gallineros y zonas de descanso de las aves para analizar las necesidades de materiales, soluciones técnicas o insumos, y solicitar, en caso necesario, la orientación del técnico o experta pecuario. También se crearon grupos interregionales de plataformas de mensajería (WhatsApp) que funcionaron como “comunidad virtual de aprendizaje” en los cuales se solicitaban y recibían asesorías y atención rápida al presentarse algún problema de salud animal en las comunidades.
En comunidades de Tabasco, Oaxaca y Chiapas, las mujeres reportaron que las gallinas habían perdido la característica natural de anidamiento y tenían poco éxito en incubar los huevos, lo cual repercutía en la fortaleza genética de sus pequeños hatos. Para contrarrestar esta situación, estas mujeres se capacitaron en la construcción y manejo de incubadoras rústicas, con lo cual se aceleró el crecimiento de la población de aves, logrando la venta de pollitos en la misma comunidad beneficiando a más familias.
“Nos ayuda mucho, ya no compras un huevo, un pollo si lo crías, te ayuda si lo vendes porque llega tu dinerito económicamente.”
Rosa Eudelia. Ama de casa. Escuintla Chiapas
El proyectó benefició a 2,668 personas directamente y alrededor de 6,000 indirectamente. Como resultado de las acciones implementadas en las comunidades, se logró:
- Recuperar la producción de maíces criollos en 985 milpas
- Incrementar la seguridad alimentaria de 3,961 familias en 100 comunidades de Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Puebla y Morelos
- El empoderamiento de las mujeres ya que 60% de los grupos comunitarios son liderados, administrados y encaminados a la producción por mujeres.
- Recuperar, aumentar y estabilizar la producción de aves para huevo y carne y hortalizas en 2,061 traspatios.
Con estas acciones, se busca que las familias, y principalmente las mujeres rurales, recuperen no sólo los conocimientos tradicionales de producción agroecológica que se han perdido a lo largo del tiempo, sino que cuenten con las capacidades para producir alimentos saludables en los traspatios, procurar su seguridad alimentaria, contribuir a la economía familiar y, aumentar su resiliencia ante las crisis.
Estas acciones forman parte del proyecto “Reducción del impacto económico del COVID-19 y fomento a la recuperación temprana resiliente en comunidades de México”, ejecutado por el PNUD en México con el apoyo de la Fundación Z Zurich Foundation, Fomento Social Citibanamex A.C., Fundación W.K. Kellogg, Fundación FEMSA, Rotoplas, Rotary Club, Ayuda en Acción de México A.C., y los gobiernos de los estados de Chiapas y Morelos.