La epidemia de Ébola en África Occidental constituye una emergencia sanitaria devastadora que se está transformando en una crisis socioeconómica urgente con repercusiones de largo plazo en el desarrollo. El brote de la enfermedad rápidamente colmó la capacidad de las instituciones nacionales de salud en países sin experiencia con la enfermedad y que apenas habían salido de varios años de conflicto e inestabilidad.

Los efectos del virus se sentirán mucho después de que este se haya controlado, y posiblemente afectarán a millones de las personas más pobres y vulnerables, y en forma desproporcionada a mujeres y jóvenes.

El PNUD ha ajustado sus programas y presupuestos en Guinea, Liberia y Sierra Leona a fin de poder luchar mejor contra la enfermedad y mitigar su impacto. De conformidad con ello, el PNUD ha adoptado un enfoque de dos vías: por un lado apoya los esfuerzos para detener la epidemia y por el otro vela por que los países, las comunidades y las personas afectadas puedan recuperarse en forma rápida y sostenible.

En estrecha colaboración con la Misión de la Naciones Unidas para la Respuestas de Emergencia al ébola y el sistema más amplio de las Naciones Unidas en general, el Programa de Respuesta y Resiliencia a la Crisis del PNUD y Resiliencia Programa (ECRRP) se propone lograr los tres resultados siguientes: (1) el foralecimiento de la coordinación y la prestación de los servicios esenciales para, la respuesta inmediata al Ébola; (2) una mayor participación comunitaria en la lucha contra el Ébola, incluida la asignación de prioridad especial a las repercusiones de la enfermedad en función del género; (3) La recuperación de los efectos socioeconómicos del Ébola por medio de la creación de puestos de trabajo de emergencia y paquetes de solidaridad y la puesta en marcha de empresas para las personas más afectadas, así como el apoyo a planes nacionales y comunitarios para “reconstruir mejor”.