23 de enero, 2019
Por primera vez, autoridades de las 3 agencias de Naciones Unidas involucradas en ONU-REDD: Claudia Mojica, representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Jaime Valdés, Coordinador Nacional de SIMEFF, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Juan José Ferrando, Coordinador para América Latina de REDD+ (ONU Medio Ambiente), junto a José Manuel Rebolledo, Director Ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), viajaron a la región para conocer los avances del proyecto que se desarrolla en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena.
En su visita, Claudia Mojica, representante residente del PNUD, destacó que “el mensaje central es que todos los bosques son importantes. Este bosque, con los esfuerzos para recuperarlo, va a ser de beneficio para todas las chilenas, para todos los chilenos y, de manera más amplia, es el compromiso que asume Chile para mejorar en la captura de carbono para el beneficio, en realidad, de toda la humanidad”.
Por su parte, José Manuel Rebolledo, Director Ejecutivo de CONAF, señaló que: “este proyecto se enmarca dentro de nuestra Estrategia Nacional de Cambo Climático y recursos Vegetacionales que tiene que ver con, digamos, generar acciones para disminuir degradación de bosques y degradación de suelos, precisamente, vinculado a proteger los bosques para la captura de carbono y mitigar los efectos del cambio climático”.
Una solución que se convierte en problema
Según Juan José Ferrando, Coordinador para América Latina de REDD+ (ONU Medio Ambiente), el castor llega traído de Canadá en el año 1946, por la Armada argentina, con el objeto de enriquecer la fauna local, que había sido degradada en los años anteriores, objeto de cacería y falta de control sobre la explotación de estos recursos.
“El castor, al igual que los incendios forestales, daña Los bosques y, por lo tanto, para nosotros es tremendamente importante buscar la forma de restauración que permita recuperar esos bosques que estamos perdiendo y con ello, así, poder seguir capturando carbono y mejorar la calidad de vida de las personas.”, aclaró el Director Ejecutivo de CONAF, José Manuel Rebolledo.
Áreas piloto con planes innovadores
El parque Karukinka (WCS) ubicado en Tierra del Fuego, es una de las áreas piloto del proyecto, en la cual se restauraron 15 hectáreas de bosques afectados por el castor. Alejandro Kusch, Coordinador de Investigación de Wildlife Conservation Society Chile y que supervisa las acciones del Karukinda, puntualiza que en Tierra del Fuego, asociado a ambientes dañados por el castor, no se había hecho restauración ecológica, solo algo de caza, pero no se había pensado en el paisaje, en la cuenca, en el curso de agua y cómo hay que recuperar la vegetación nativa que había en ese lugar.
“De manera paralela, la WCS en Karukinka, tiene un programa de control de castores que estamos haciendo en otros lugares. La idea es aunar los dos proyectos o las dos actividades que vayan saliendo desde aquí en adelante. Por un lado se saca la amenaza, por otro lado se hace restauración ecológica”, añadió Kusch.
Con el proyecto, que se enmarca en REDD+, se ha buscado implementar un plan piloto de restauración de procesos ecológicos y funciones perdidas en superficies de bosque afectadas, que ha incluido la plantación, de manera agrupada en núcleos de 40 plantas de Lengas cultivadas en el vivero que los profesionales de CONAF tienen en la región, la protección individual para todas las plantas y el diseño de protecciones construidas con troncos de madera que ya estaban dañados.
“Estos son pilotos muy exitosos, no solo porque logran instalar una metodología que es replicable en otro tipo de ecosistemas y bosques, sino porque además, de alguna manera vas acelerando una recuperación que hasta el momento ha sido muy difícil de lograr y, por otro lado, estás también asegurando que lo que está plantándose acá son semillas propias de la zona y eso es tremendamente importante, en términos de contaminación y continuidad genética”, enfatiza Paloma Toranzos, Jefa de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de PNUD.
Claudia Mojica, por su parte, recalca la importancia de replicar estas acciones en otras zonas con problemas similares: “Este proyecto lo hemos vivido muy de cerca, pero no hay nada como estar aquí y vivir esta experiencia sobrecogedora, tanto para mí como para mis colegas. Pero, además, reafirma el compromiso del valor que ha tenido este proyecto piloto y las expectativas que tenemos de que se pueda seguir avanzando en experiencias similares.”
Con la ejecución de las actividades desarrolladas en el marco de este proyecto, se ha buscado realizar aportes concretos a la importante misión de evitar que estas superficies, que fueron bosques, se conviertan rápida e irreversiblemente en superficie de pastoreo de ganado, logrando así disminuir la expansión de la ganadería al interior de los bosques de la zona y el aumento de la fragmentación del paisaje.