En 2023 el mundo celebra el 20º aniversario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (disponible en inglés), una afirmación de la determinación de nuestra comunidad mundial de luchar contra la corrupción en todas sus formas, en todas partes. Desde que se aprobó la Convención en 2003, el mundo ha avanzado mucho. Por ejemplo, se ha logrado que prevenir y combatir la corrupción y los flujos financieros ilícitos formen parte integrante de los planes y procesos de desarrollo mundiales, regionales y nacionales. Sin embargo, la lucha contra la corrupción sigue siendo un obstáculo importante, ya que llamativamente 1 de cada 5 personas en todo el mundo ha indicado que tuvo que pagar un soborno para acceder a un servicio público (disponible en inglés). Resulta preocupante que 124 países tengan niveles de corrupción que no bajan (disponible en inglés).

La corrupción, que afecta a todos los países, repercute negativamente en todos los aspectos de la sociedad y afecta de manera desproporcionada a las personas más pobres y marginadas, incluidas las mujeres. Socava las instituciones democráticas, reduce la confianza en los sistemas de gobernanza y pone en peligro los avances en relación con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La corrupción también alimenta los conflictos e inhibe los procesos de paz al debilitar el estado de derecho, agravar la pobreza, facilitar el uso ilícito de los recursos y proporcionar financiación para los conflictos armados. Como parte del sistema de las Naciones Unidas, desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estamos trabajando para apoyar los esfuerzos contra la corrupción a nivel mundial, regional y nacional: un medio fundamental para fomentar la estabilidad e impulsar el desarrollo en esta era de crisis múltiples. Por ejemplo, la Iniciativa de Innovación Anticorrupción del PNUD ha ayudado a 11 países a aprovechar nuevas herramientas para detectar, analizar y vigilar la corrupción y los riesgos para la integridad. Cabe también mencionar las iniciativas de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y el PNUD Inspectores Fiscales Sin Fronteras e Impuestos para los ODS (disponible en inglés), que prestan apoyo específico a las administraciones tributarias para hacer frente a la corrupción y los flujos financieros ilícitos, y reorientar flujos financieros vitales hacia el desarrollo sostenible.

La lucha contra la corrupción está en el centro de los esfuerzos de desarrollo (disponible en inglés) y es fundamental para las iniciativas destinadas a alinear las finanzas públicas y privadas con los ODS. Como organización, en el PNUD mantenemos un firme compromiso con la prevención y la lucha contra el fraude y la corrupción, como se indica en nuestra Política de Lucha contra el Fraude. Centramos nuestros esfuerzos en dirigir cada dólar hacia iniciativas de desarrollo con impacto, reforzando la reputación del PNUD como socio de confianza. Estamos empeñados en el logro del aumento continuo de la transparencia y la rendición de cuentas, facilitado por evaluaciones independientes, mecanismos de fiscalización, auditorías y un compromiso con las más altas normas éticas. Ejemplo de ello son recursos como open.undp.org (disponible en inglés), que ofrece visibilidad pública de datos sobre más de 10.000 proyectos del PNUD en todo el mundo.

Con nuestros socios de las Naciones Unidas y de otros organismos, desde el PNUD prommovemos el espíritu y la letra de la Convención contra la Corrupción, entre otras cosas impulsando nuevas iniciativas para medir la corrupción. Esto incluye contribuir a un nuevo Marco Estadístico para Medir la Corrupción liderado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que servirá de base para medir y hacer un seguimiento de los avances de las principales iniciativas de lucha contra la corrupción de los Estados partes en la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. En 2024, desde el PNUD también elaboraremos nuevos índices para medir mejor el impacto de las iniciativas de lucha contra la corrupción, entre otras cosas, en la contratación pública.

Además, a medida que muchos países intentan construir su infraestructura pública digital, los Gobiernos deben incorporar medidas de lucha contra la corrupción en estas "carreteras y puentes" digitales del futuro. En última instancia, todos estos esfuerzos son vitales para fomentar la estabilidad, garantizar la paz y permitir a las comunidades financiar el futuro que desean. Solo mediante la cooperación y la implicación de todas y cada una de las personas e instituciones podremos superar el impacto negativo de este delito que sacude los cimientos mismos de estas aspiraciones comunes. Unidos contra la corrupción (#UnitedAgainstCorruption), podemos garantizar que nuestra trayectoria hacia un mundo mejor sea inalterable. 

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El Día Internacional contra la Corrupción 2023 destaca el vínculo inherente entre la lucha contra la corrupción y la paz, la seguridad y el desarrollo.