La Triple Crisis Planetaria y Economía Circular aplicada en la construcción

17 de Septiembre de 2024

¿Qué tienen en común la contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad? Estos son los tres mayores problemas que enfrenta la humanidad en la actualidad y juntos representan una seria amenaza para nuestro futuro. Estos tres problemas interconectados se los conoce como la Triple Crisis Planetaria y son responsables de generar un grave impacto en los ecosistemas, la sociedad y la economía a nivel mundial.

¿Cuál es una de las raíces de esta triple crisis? ¿Es la Economía Circular una alternativa?

Uno de los puntos en común que comparten estos tres problemas es la producción y el consumo insostenibles, en otras palabras, la continua y creciente demanda de materiales para la producción de nuevos productos. Según los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) “Construyendo un nuevo futuro” (2023) y “Panorama de los Recursos Globales” (2024), se prevé que la extracción de materiales aumentará un 60% para el año 2060 comparado con valores actuales y se identifica al sector de la construcción como uno de los mayores contribuyentes de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). En el balance global de emisiones, el aporte del sector de la construcción impresiona, juntos, la producción y el uso de cemento, el acero y el aluminio que contribuyen con un impresionante 37% de las emisiones de GEI del mundo.

En un mundo donde los recursos son limitados, la contaminación alcanza niveles alarmantes, y cada año se observa la pérdida de especies, es necesario cambiar y repensar nuestras estrategias. La Economía Circular se presenta como una solución posible para resolver el problema de la extracción de recursos para la fabricación de materiales de construcción. Aunque el primer ejemplo que suele venir a la mente cuando se piensa en Economía Circular, es la gestión de residuos (materiales con posibilidad de ser valorizados para otros usos), la economía circular va mucho más allá, proponiendo un enfoque de uso eficiente de los materiales, que permitan diseñar productos más duraderos, reparables, y al final de su vida útil, más propensos a ser reciclados. De esta manera, los residuos generados se reducen al mínimo, logrando alivianar la presión sobre los diversos ecosistemas. La aplicación de estos conceptos puede evitar la extracción y producción innecesarias de materiales de construcción, el desarrollo material de construcción regenerativos o incluso mejorar la descarbonización de los materiales de construcción convencionales, acciones identificadas como urgentes por PNUMA y que pueden contribuir a reducir los efectos de triple crisis planetaria.

Innovación en la Construcción ¿Cómo funciona?

Imagina un edificio donde las ventanas, la estructuras, la mampostería y el mobiliario incorporan una gran fracción de materiales reciclados, o incluso el uso de agregados que secuestren carbono y que los paneles solares o generadores eólicos alimenten todas las necesidades energéticas. En este edificio, la huella de carbono de los materiales de construcción sería mínima, la eficiencia energética es máxima, y su diseño estaría pensado para que sus diferentes componentes sean fácilmente desensamblados al final de su vida útil, permitiendo que los materiales sean nuevamente aprovechados o reciclados. 

Europa ha introducido conceptos de Economía Circular en la construcción de edificaciones desde hace algunos años y, en la actualidad se pueden ver materializados en algunos proyectos, como The Resource Rows[1] en Dinamarca, que recicla materiales de casas abandonadas, lo que supuso un ahorro del 70% en emisiones de carbono. Otro ejemplo es el Brummen Town Hall[2] en Holanda, cuyo diseño modular permite desmontarlo fácilmente para darle nuevos usos, o el Buiksloterham[3] en Ámsterdam, un proyecto ambicioso que plantea varios conceptos para lograr un barrio totalmente circular.

Estos edificios ejemplifican prácticas de Economía Circular en las cuales los materiales de construcción no solo son diseñados para ser aprovechados de manera más eficiente y duradera, sino también para ser recuperados, reutilizados y reciclados, garantizando que el valor de los recursos y materiales se mantenga en su nivel más alto durante el mayor tiempo posible a lo largo de toda la cadena de valor.

Considerando que más del 90% de todos los materiales extraídos y utilizados se desperdician, y que solo el 7.2% del material utilizado se recicla[1], el aprovechamiento de residuos por medio de acciones de reciclaje para así disminuir la extracción de nuevos materiales de construcción es una opción que debe ser explotada. Los residuos que a menudo representan un problema de contaminación ambiental (uno de los tres problemas de la triple crisis), como por ejemplo los neumáticos fuera de uso, los plásticos, el vidrio, o incluso los residuos agroindustriales. Estos residuos pueden ser incorporados a las cadenas de producción de materiales de construcción para evitar la extracción de nueva materia prima, al tiempo que se reducen las emisiones de GEI, se disminuye el consumo de agua, se mejora la calidad del aire disminuyendo así el impacto ambiental y preservando la biodiversidad.

¿Existen experiencias en el caso ecuatoriano?

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en conjunto con la red Once Planet del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la secretaría de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), desarrollaron una la caja de herramienta de Economía Circular[1], que sirve entre otras cosas para la identificación de los flujos de materiales dentro de las cadenas productivas, determinar principales fuentes de emisiones de GEI dentro de estas cadenas y priorizar intervenciones de Economía Circular para así aumentar la ambición climática de los países para enfrentar la triple crisis planetaria.

 

Esta caja de herramientas fue aplicada en Ecuador en un proyecto piloto desarrollado en conjunto con la Subsecretaría de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador, la iniciativa Climate Promise del (PNUD)[2]y la Escuela Politécnica del Ecuador. Se ratifico que al igual que en resto del mundo, el sector de la construcción del Ecuador y específicamente la producción de cemento, es un gran demandante de materia prima y emisor de GEI. 

 

El cemento junto con la grava, la arena y el agua en diferentes proporciones conforman el concreto, material de construcción ampliamente utilizado en varias aplicaciones desde la construcción de edificios hasta represas. La solución innovadora planteada por la EPN fue la producción de grafeno, como agregado para el concreto. El grafeno es una forma de carbono que ofrece alta resistencia mecánica y el cual es producido mediante el reciclaje de neumáticos fuera de uso. El grafeno mezclado con el concreto forma un nuevo material, el cual tiene propiedades mecánicas superiores al concreto “tradicional”. A manera de ejemplo, la incorporación de grafeno en un metro cubico de concreto reduce la proporción de cemento, arena, y grava requeridos para su fabricación. La incorporación el grafeno tiene un efecto de potenciar las propiedades mecánicas del concreto a pesar de la reducción de materiales que le dan resistencia al concreto como la grava y el cemento. Por lo tanto, para la producción de un metro cubico de concreto incorporando grafeno, se reduce la extracción de materiales como grava, arena, caliza cemento, lo que se a su vez se traduce en menos emisiones de CO2 por extracción, transporte, procesos de producción, uso de estos materiales.

 

 Actualmente, se produce este nuevo concreto a escala de laboratorio y se están estudiando las condiciones técnicas y normativas para la producción y aplicación a gran escala. Este nuevo material, también abre nuevas posibilidades de implementación de la Economía Circular en el país para el sector de la construcción aplicando un concepto que se conoce como “aguas arriba”, es decir reducir la demanda de materiales construcción desde el diseño.

¿Por qué es importante la Economía Circular aplicada en la construcción? Beneficios económicos, sociales y ambientales 

Adoptar principios de circularidad en el sector de la construcción, no solo protege nuestro planeta reduce nuestra huella de carbono y preserva nuestra biodiversidad, sino que, al mismo tiempo, trae beneficios para nuestra economía y sociedad. Su impacto puede ir más allá, logrando crear comunidades más sostenibles y resilientes, donde la calidad de vida es una prioridad. 

Así mismo, la implementación de estos principios de circularidad en la construcción promueve la innovación y el desarrollo tecnológico, como es el caso del proyecto piloto de Ecuador, lo que conlleva a generar nuevas oportunidades de negocio y empleo, fomentando el crecimiento sostenible de los sectores económicos identificados como prioritarios.

 

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