Este año se cumple el 27o aniversario de la declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas estableciendo el 17 de octubre como Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Es momento de reflexionar sobre los grandes avances realizados para acabar con este flagelo. Las tasas de pobreza extrema a nivel mundial se han reducido drásticamente —del 36 por ciento en 1990 al 8,6 por ciento en 2018— dando lugar a un significativo aumento de las oportunidades económicas y sociales para muchas personas en todo el mundo.
A pesar del rápido descenso de la pobreza extrema —más de 1.000 millones de personas en las tres últimas décadas— aproximadamente 700 millones viven todavía con menos de 1,90 dólares al día.
Sin embargo, esa línea arbitraria internacional que marca el umbral de pobreza no describe completamente las múltiples y simultáneas maneras en que las personas experimentan la pobreza. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) trata de capturar cuál es la experiencia cotidiana de las personas que viven en situación de pobreza. Por ejemplo, los indicadores del IPM examinan si un hogar cuenta con acceso a agua potable, servicios de saneamiento o electricidad, o si alguno de los miembros del hogar ha cumplido cinco años de escolarización. Los datos del IPM muestran que, en realidad, en el mundo hay 1.300 millones de personas en situación de pobreza multidimensional. Además, el IPM resalta de manera dramática que hay personas pobres viviendo fuera de países pobres, fuera de regiones pobres y fuera de hogares pobres.
Los resultados del IPM revelan que los niños sufren la pobreza de manera más intensa que los adultos y que tienen más probabilidades de sufrir privaciones en los 10 indicadores del Índice, careciendo de acceso a recursos básicos como agua limpia, saneamiento, una nutrición adecuada, o educación primaria. Más alarmante todavía es que, en todo el mundo, uno de cada tres niños vive en situación de pobreza multidimensional, comparado con uno de cada seis adultos. Esto significa que casi la mitad de quienes viven en la pobreza multidimensional (663 millones) son niños, y los más pequeños son los que soportan la mayor carga.
Por lo tanto, el tema de este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza es relevante al recordarnos la necesidad de “Actuar unidos para empoderar a los niños, a sus familias y a sus comunidades para acabar con la pobreza”. Para la eficacia de las políticas y estrategias de prevención y erradicación de la pobreza infantil es absolutamente necesario ubicar a las familias y las comunidades en el núcleo de las acciones dirigidas a romper los ciclos de la pobreza intergeneracional. Asimismo, es fundamental proteger los derechos humanos de los niños, incluido el derecho a la protección frente a todas las formas de abuso y violencia. En este sentido, 2019 señala también el 30o aniversario de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado histórico para los derechos humanos que protege los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos los niños, independientemente de su raza, género, religión o habilidades.
En particular, hoy me gustaría reconocer y elogiar la vital labor que desempeña UNICEF para salvar vidas infantiles; para defender sus derechos; y para ayudar a los niños a desarrollar todo su potencial, desde la primera infancia hasta el final de la adolescencia. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) seguirá siendo un estrecho aliado de UNICEF, especialmente en nuestro trabajo conjunto para erradicar la pobreza en todas sus formas, en todo el mundo antes de 2030.