Hallazgos en el ciclo de aprendizaje*
En la búsqueda del Tavarandu: qué hicimos y qué aprendimos sobre gobernanza participativa
28 de Agosto de 2023
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La participación ciudadana es el pilar de cualquier sociedad abierta y democrática. Los espacios y procesos cívicos que facilitan esta participación permiten que ciudadanos de todos los sectores de la sociedad puedan involucrarse de manera más directa en la discusión y resolución de desafíos políticos, económicos y sociales, incrementando los niveles de confianza entre las personas y las instituciones, mejorando la resiliencia de las comunidades y generando un mayor sentido de apropiación y empoderamiento sobre las decisiones y acciones que afectan a los recursos compartidos por todos y todas. ¿Cómo fortalecemos este pilar en nuestras comunidades? ¿Cómo mejoramos nuestras capacidades para participar y para facilitar más participación? ¿Cómo conectamos participación y desarrollo sostenible a nivel local?
Para responder a algunas de estas preguntas, nace Tavarandu, un programa del Laboratorio de Aceleración del PNUD que apunta al fortalecimiento de capacidades para la innovación y la gobernanza participativa en gobiernos y comunidades locales, a través del co-diseño de programas de formación, promoción y facilitación de la participación ciudadana adaptados a los procesos que se articulan a nivel local. El programa es el resultado de un ciclo de aprendizaje que inició estudiando dinámicas de capital social y confianza durante la pandemia, y que de a poco nos fue llevando hacia la gobernanza participativa como habilitante estratégico del desarrollo sostenible.
¿Qué hicimos para aprender sobre Gobernanza Participativa en Paraguay?
Aprender sobre participación requiere escuchar y observar desde la propia experiencia de participar y generar participación. A lo largo de sus primeros cuatro años, el equipo del Laboratorio de Aceleración ha transitado una ruta de aprendizaje que incluyó:
El ciclo de aprendizaje sobre capital social y confianza, en el que exploramos el concepto construyendo índices de capital social a partir de datos secundarios, para luego medirlo directamente a través de la encuesta sobre capital social, vulnerabilidad económica y acción colectiva.
El diseño y facilitación de espacios y procesos participativos, como los Diálogos Científicos y el Foro Territorial sobre los Desafíos Para La Agricultura Familiar con la Universidad Nacional de Asunción, o las actividades de investigación-acción participativa que formaron parte de nuestros servicios de investigación, diseño, desarrollo, e innovación. En todas estas actividades, el Laboratorio ha sido a veces participante, a veces anfitrión de la participación.
El mapeo de instituciones y casos de gobernanza participativa en Paraguay, que documentó espacios concretos de participación que forman parte del marco normativo paraguayo.
El diseño e implementación del programa Tavarandu, a partir de los aprendizajes de las actividades previas. Cada una de estas actividades puede considerarse un ciclo de aprendizaje en sí mismo, que se construye a partir del anterior o lo complementa. En este documento, los consideramos como partes de un solo ciclo grande de aprendizaje sobre gobernanza participativa porque cada una de ellas nos llevó a hallazgos fundamentales relacionados a la importancia de la participación ciudadana.
En esta edición, el programa abrió espacios de formación, práctica y colaboración a funcionarios y ciudadanos del Departamento de Itapúa, centrados en la aplicación efectiva de metodologías y herramientas de investigación, desarrollo e innovación para la identificación participativa de desafíos locales de desarrollo sostenible y el co-diseño de soluciones para dichos desafíos, dando origen a un portfolio de intervenciones con 3 ejes de acción:
Un programa integral de entrenamiento en gobernanza participativa e innovación.
Un Laboratorio Ciudadano que facilita la colaboración entre diversos actores sociales el co-diseño democrático y participativo de soluciones a desafíos locales de desarrollo sostenible.
Un Bootcamp y Hackathon de Tecnologías Cívicas para explorar el potencial de las tecnologías para los procesos de participación ciudadana.
¿Qué aprendimos sobre Gobernanza Participativa?
Aprendizajes de la etapa de descubrimiento y exploración:
De la observación, medición y análisis de las dinámicas de capital social y vulnerabilidad, aprendimos la relación que existe entre la acción colectiva y la reducción de las vulnerabilidades. Encontramos una relación significativa entre la participación en la gestión de activos colectivos comunitarios y la reducción de la vulnerabilidad económica.
De nuestras experiencias como anfitriones de procesos participativos, hemos aprendido que la gobernanza participativa se nutre de capacidades que funcionan como habilitadores estratégicos de mejores procesos y espacios de participación.
Los principios, habilidades, herramientas, métodos y metodologías de nuestros ciclos de aprendizaje, y de las metodologías de investigación-acción participativa y diseño centrado en las personas en general, son, si se transfieren y adaptan apropiadamente al contexto, un primer conjunto de habilitantes estratégicos para la gobernanza participativa.
Del mapeo y exploración de casos de gobernanza participativa, hemos aprendido que si bien existen espacios institucionalizados de participación ciudadana, el carácter protagónico y vinculante de estos espacios, para que tengan influencia y lleguen a niveles de empoderamiento, es todavía muy limitado y vulnerable ante dinámicas de clientelismo político o falta de voluntad de los liderazgos.
Para atender este desafío, observamos que es necesaria la generación de respuestas efectivas de parte de los gobiernos a las demandas presentadas en los procesos o espacios participativos cuando existe la voluntad de la ciudadanía de participar. Adicionalmente, es un desafío el diseño de mecanismos institucionales innovadores para los procesos de participación y gobernanza participativa, con el fin de lograr eficiencia en los procesos y brindar confianza a la ciudadanía.
La importancia de la gobernanza participativa como mecanismo de reducción de vulnerabilidades, el desafío de diseñar mejores procesos participativos, las barreras de voluntad política y debilidad institucional, las necesidades de reconstruir la narrativa de la participación y avanzar con procesos de formación y práctica en todos los sectores: todos estos hallazgos inspiraron el diseño de Tavarandu, y el inicio de una experimentación focalizada especialmente en el fortalecimiento de capacidades para la gobernanza participativa en los gobiernos locales.
Aprendizajes de la etapa de experimentación del programa Tavarandu:
De la experiencia en formación de capacidades, aprendimos:
La formación ha significado una plataforma para la generación de redes, intercambios, y aprendizaje entre pares.
El programa fue efectivo en generar aprendizaje sobre gobernanza participativa e innovación social. El 80% de los y las participantes que completaron el proceso de evaluación incorporaron los conocimientos de gobernanza participativa e innovación social.
El instrumento más mencionado por los y las participantes fue el Consejo de Desarrollo Municipal, lo que representa una oportunidad estratégica: hay una oportunidad real de gobernanza participativa en los procesos de planificación territorial, dentro del marco normativo actual coordinado por instituciones del Gobierno Central.
La presencialidad sigue siendo clave para el aprendizaje de estas capacidades. Los talleres presenciales fueron los que mejor asentaron los conocimientos y los que mayor involucramiento generaron. El componente lúdico de aprender jugando también fue clave.
A partir de la experiencia del curso, un caso exitoso es el municipio de Fram, que ha logrado incorporar instancias de participación ciudadana como el Consejo de Desarrollo Municipal, y otras tantas de carácter más consultivo, para diagnosticar problemáticas y redireccionar acciones.
La “Participación Ciudadana” es un concepto que es bien visto y valorado, pero que se entiende a veces de manera muy genérica. El desafío es fortalecer una entendimiento más preciso y accionable sobre la participación.
Persiste una verticalidad organizacional y cultural que coloca a la voluntad del liderazgo político institucional, el/la intendente/a, como el factor determinante que habilita o deshabilita a las iniciativas de innovación democrática en el marco de la institución municipal.
La baja voluntad política de crear espacios vinculantes de participación, se hace latente en el hecho de que las instancias más utilizadas aún son las de consulta y rendición de cuentas, más que las de co-construcción efectiva de procesos que podrían ser institucionalizados en un futuro, como por ejemplo, la elaboración de presupuestos participativos.
De la puesta en práctica de estas capacidades a través del Laboratorio Ciudadano Hechackuaa, aprendimos:
Hechakuaa, como laboratorio ciudadano, representa un diseño de participación innovador y flexible, que contextualiza y combina principios de pensamiento de diseño para sumar la mayor cantidad posible de voces a un proceso de co-creación e implementación de soluciones comunitarias a desafíos del desarrollo sostenible.
Como con la formación, la presencialidad sigue siendo clave.
Los objetivos de desarrollo sostenible, localizados a la escala ciudad, y con el impulso protagónico de miembros de la comunidad local, ofrecen un marco misional de colaboración que hace posible llegar a una síntesis de los distintos intereses en pos del interés general.
La constitución de un equipo impulsor con organizaciones de la comunidad es un factor determinante que brinda sostenibilidad al proceso.
Pudimos observar, a pequeña escala, que la articulación de los planes y proyectos entre la comunidad y el gobierno conducen a acciones concretas y solventes.
Por último, observamos que la participación ciudadana se moviliza en torno a las posibilidades reales de cambiar su realidad. La posibilidad de implementar desde la comunidad, las soluciones a problemáticas del desarrollo co-creadas por la misma comunidad, impulsa la participación y el compromiso en el proceso.
Y por último, de la experiencia aprendiendo sobre y desarrollando tecnología cívica, aprendimos:
La adopción de plataformas digitales de participación ciudadana en Paraguay enfrenta numerosas barreras que condicionan su potencial como herramienta para democratizar y ampliar el alcance de la gobernanza participativa:
la difícil tarea de construir equipos multidisciplinarios que integren efectivamente a personas de tecnología, diseño y activismo, para resolver la complejidad de barreras estructurales para la participación ciudadana,
la falta de voluntad política y de promoción por parte del estado para proyectos de tecnología cívica que vayan más allá de las iniciativas informativas o consultivas,
las barreras de conectividad y la curva empinada de aprendizaje asociada a las plataformas de código abierto existentes para la participación digital, que además ofrecen, en general, poca documentación en español, y
la persistente brecha digital que se expresa también en las limitadas habilidades y experiencias de uso de tecnologías por parte de una ciudadanía, a la que además le cuesta encontrar motivación y confianza para dedicar su tiempo a participar activamente de la gobernanza de sus territorios y comunidades.
A pesar de las barreras, nuestra experimentación desarrollando tecnologías cívicas también nos permitió identificar oportunidades:
los problemas y las necesidades latentes a nivel local y comunitario generan un nivel de compromiso e interés fuerte en jóvenes que están empezando a aprender sobre tecnología, lo que es una oportunidad para la creatividad e innovación en el uso de herramientas digitales para la participación a futuro.
la difusión y diversidad de plataformas de participación ciudadana ya desarrolladas, abiertas, disponibles, para adaptar y usar, con sus comunidades de práctica y desarrollo,
el potencial de la extensión universitaria y las alianzas con las universidades para dar nacimiento y sostenibilidad a comunidades de práctica enfocadas en tecnología cívica.
Estos hallazgos y aprendizajes nos presentan una oportunidad de seguir contribuyendo a la construcción de una democracia cada vez más abierta y participativa, en todos los niveles y sectores de nuestra sociedad.
(*) También contribuyeron a los aprendizajes de este ciclo: Gustavo Setrini, Olga Caballero, Fernando Maidana, Alma Figueredo, Romilio González, Violeta Prieto, Marta Canese, Vanessa Cañete, Edda Alcaraz, Génesis Reyes, Ángeles Pérez, Denise Genit y Sady Sarquis.