Por Manuel Mavila, Coordinador Nacional del Programa de Pequeñas Donaciones del GEF (PPD)*
Conectando conocimiento para la resiliencia hídrica en los Andes
13 de Septiembre de 2023
Los impactos del cambio climático en los Andes peruanos han ocasionado la pérdida de la mitad de los glaciares, entre 1985 y 2021, según el Instituto del Bien Común - MapBiomas. Estos reservorios naturales ya no son capaces de almacenar la cantidad de hielo necesaria para liberar agua durante la temporada de ausencia de lluvias, afectando tanto a las actividades agrícolas y pecuarias, como a la flora y fauna silvestre.
Estas condiciones climáticas, que causan la degradación de los ecosistemas y de los servicios ambientales que proveen, afectan profundamente la capacidad de resiliencia de comunidades campesinas en los Andes. Quienes, además de encontrarse en una gran vulnerabilidad socioeconómica, experimentan sequías desde 2022 y enfrentan un inminente Fenómeno del Niño que agravará esta situación.
La Comunidad Campesina Chillca es una comunidad pastoril ancestral, asentada al sur este del glaciar Ausangate, en provincia de Canchis, región Cusco. La crianza de alpacas y llamas es su principal medio de vida, por tanto, dependen de las fuentes de agua para el buen estado de los pastizales y bofedales de su territorio. Durante la última década, esta compleja interacción entre agua, suelo y vegetación se ha visto impactada por el derretimiento de los glaciares, la variabilidad climática y los cambios socioeconómicos.
Para afrontar los retos que suponen estos cambios, la Comunidad de Chillca junto a la Asociación para la Conservación y Estudio de Montañas Andinas-Amazónicas – ACEMAA vienen desarrollando una estrategia que atiende de forma integral las necesidades del sistema de uso pastoril: por un lado, se genera información sobre la dinámica eco-hidrológica (agua, suelo, vegetación) de la cabecera de cuenca, y por otro, se fortalecen y mejoran las acciones de manejo en los ecosistemas y los servicios ecosistémicos. Por ejemplo, la provisión de agua y de forraje, imprescindibles para las actividades económicas que se realizan en la cuenca.
Para conocer y entender la relación que existe entre el agua, el suelo, la cobertura vegetal y el manejo del ecosistema, se ha establecido un “Sistema de Monitoreo Ecohidrológico Participativo” – SMEHP Chillca, cuyo enfoque integral facilita y promueve la co-construcción de conocimientos y soluciones basadas en la naturaleza. El SMEHP Chillca abarca un área de 25,000 hectáreas, ubicadas en la cabecera de cuenca de Pitumarca. El sistema consta de 14 estaciones de monitoreo, distribuidas en 8 microcuencas; en cada estación se ha instalado instrumentos de registro automático y manual, con los que se miden las principales variables del ciclo ecohidrológico, como la precipitación, los caudales de las quebradas y la dinámica del flujo de agua superficial y subterránea en bofedales. Asimismo, se estudia la biodiversidad y se evalúa el potencial forrajero de los pastizales, en conjunto con la dinámica de pastoreo, para estimar la capacidad de carga que considere el uso sostenible de estos ecosistemas.
El segundo pilar de la iniciativa es el fortalecimiento del sistema de organización comunal para el manejo integral del territorio. En este marco se ha contribuido a recuperar prácticas ancestrales como el “ayni” (sistema de trabajo colectivo y voluntario) para la implementación de prácticas de manejo de agua, pastos y bofedales, logrando promover acuerdos sociales para la sostenibilidad de la cuenca.
Así, se conectan los conocimientos locales –ancestrales y recientes– con las tecnologías actuales, a fin de mejorar el sistema de uso pastoril y sentar las bases para el establecimiento de un mecanismo de retribución por servicios ecosistémicos (MERESE). Todo ello contribuye con el manejo sostenible de más de 7,500 hectáreas, y la mejora de los medios de vida de más de 60 familias altoandinas.
Mediante esta iniciativa local de la cuenca de Pitumarca, se contribuye con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con el ODS 13 “Acción por el Clima”, al reforzar la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima. Con el ODS 15 “Vida de Ecosistemas Terrestres”, al velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, y los servicios que proporcionan. Asimismo, contribuye con el ODS 6 “Agua Limpia”, con la meta de proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, entre otros, así como fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua.
Esta experiencia es una de 24 proyectos comunitarios que implementa el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD), en los Andes peruanos. El PPD se desarrolla con el liderazgo del Ministerio del Ambiente del Perú (MINAM) y el acompañamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), brindando asistencia técnica y financiera a organizaciones comunitarias y de la sociedad civil para conservar la biodiversidad, mitigar los efectos del cambio climático y evitar la degradación de tierras. Así, promoviendo la innovación y la resiliencia desde el enfoque local en las regiones más vulnerables.
*Texto con contribuciones de Dina Farfan y Jan R. Baiker (ACEMAA).
Aliados: Comunidad Campesina Chillca, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC), Pontificia Universidad Javeriana – Bogotá (Colombia).