Los avances y desafíos del país para la inserción económica y la empleabilidad juvenil, así como el rol de la empresa privada en la generación de oportunidades de inserción productiva para las y los jóvenes, fueron el tema central de una conferencia dictada por el coordinador del Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador (IDHES), Rodrigo Barraza, en el marco de la Cumbre Centroamericana Industria 2018.
El evento, organizado en su primera edición por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) y realizado el 24 y 25 de octubre, tuvo como objetivo conocer, analizar y evaluar las condiciones de negocios e inversión, así como la relación Gobierno-Industria y la situación económica y geopolítica de la región, entre otros temas relevantes. Al mismo asistieron empresarios y empresarias de Centroamérica, así como representantes del Gobierno, Cooperación Internacional y otros sectores.
Durante su ponencia, Barraza explicó que el IDHES 2018, denominado ¡SOY JOVEN! ¿Y ahora qué?, propone una nueva arquitectura de políticas públicas para que el país empodere a la juventud y alcance el desarrollo humano alto. Esta nueva plataforma conlleva esfuerzos multisectoriales con el fin de dar respuestas integradas a las brechas que impactan a la juventud en educación, empleo e inserción económica, seguridad y justicia, participación, empoderamiento y equidad.
Respecto a la empleabilidad juvenil, “esta debe ser entendida no solo como la generación de oportunidades para la inserción al mercado laboral, sino para permanecer en él”, explicó Barraza. “El Informe desagrega la inserción laboral para adultos y jóvenes, y revela que las personas adultas tienen mayor posibilidad de insertarse en el mercado laboral que las personas jóvenes, y además que el desempleo es mayor entre la población joven”, agregó.
El IDHES plantea como la violencia se ha convertido en un obstáculo para la empleabilidad e inserción económica, así como para otras dimensiones del desarrollo humano. En este sentido el informe muestra que los efectos de la violencia en el mercado laboral se ven reflejados en nuevos costos de contratación para las empresas generados por la adopción de prácticas de protección en la selección de futuros candidatos (investigaciones, escaneos, etc.), o por la preferencia de personas adultas en lugar de personas jóvenes.
Algunas formas de violencia que enfrenta la juventud en el entorno laboral son amenazas para dejar el trabajo o el negocio, agresiones físicas o tener que cambiar su rutina. En una investigación realizada en el marco del informe, 1 de cada cuatro jóvenes dijo haber sufrido discriminación en el trabajo.
“La violencia estigmatiza a las personas jóvenes y repercute en sus oportunidades económicas”, apuntó el Coordinador del IDHES 2018.
Por otra parte, según el IDHES, las oportunidades para entrar al mercado laboral no son iguales para todas las personas jóvenes. Existen brechas que afectan particularmente a algunos grupos, como las mujeres jóvenes y los jóvenes rurales.
“La inserción laboral es adversa para las mujeres jóvenes. El porcentaje de mujeres jóvenes fuera del mercado de trabajo es 71.4%, mayor que el de los hombres, que es 28.6%”, explicó.
Entre las propuestas del Informe están vincular la formación nacional con las demandas de los sectores productivos; crear un sistema de intermediación laboral; establecer un sistema nacional de pasantías y un diálogo a favor del empleo decente y el empleo joven.
Además, es fundamental hacer un especial énfasis en promover iniciativas para una mayor inserción laboral de las mujeres y ampliar los programas de reinserción para adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley.