El 22 de marzo se celebra el día mundial del agua, para recordar la importancia del líquido vital y crear conciencia de la crisis mundial que viven los recursos hídricos, así como para hacer énfasis en la necesidad de buscar medidas para que todas las personas tengan acceso a agua y saneamiento antes de 2030 y de esta manera alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6.
Por sus condiciones naturales, en Guatemala la disponibilidad de agua es del doble del promedio mundial (33,416 litros/habitante/día). Y aunque podría parecer que el país está en una situación favorable, esto no es del todo cierto ya que:
- la distribución espacial y temporal hace que en que en algunas zonas del país exista mayor cantidad que en otras y que en la estación seca se reduzca el volumen del recurso (en el mes más seco llega a ser de hasta un 5% del total),
- solamente el 5% de las aguas residuales son tratadas y al ser devueltas a los ríos y otros cuerpos de agua los contaminan,
- con la variación del clima y el incremento de la población se reducirá su disponibilidad (según datos de CEPAL, en 2100 la oferta hídrica podría ser de aproximadamente el 12% de la actual).
Por otro lado, es importante tener en cuenta que en el país el 41% de los hogares carece un sistema de distribución de agua potable y que el 55% no están conectados a la red de drenajes.
Este 2021, el #DiaMundialDelAgua se enfoca en el valor del líquido vital. Los recursos hídricos son muy importantes en los procesos productivos, porque proporcionan materia prima, son usados como refrigerante y disolvente, generan electricidad y son fundamentales para el riego, pero su valor trasciende lo económico.
El asunto del valor y precio del agua no es un tema nuevo, los economistas han abordado estas discusiones a través de la paradoja del valor. Para esto, comparan a los diamantes con el agua. Imaginemos que usted se encuentra en un desierto y lleva una bolsa llena de diamantes, pero resulta que está perdido y se encuentra al borde de la muerte, porque lleva varios días sin acceso al vital líquido y, en ese momento, aparece alguien con un jarro con agua ¿Cambiaría los diamantes por el agua?
Para mí la respuesta es clara, cambiaría la bolsa de diamantes por el agua, sin pensarlo. Y estoy seguro que la mayoría de los lectores tomarían la misma decisión, ya que en este punto el recurso hídrico se convierte en un bien invaluable.
Esto me lleva a hacer dos reflexiones finales. La primera es que a pesar de que han pasado más de cuatrocientos años desde que el célebre escritor español Francisco Quevedo dijera la famosa frase "Sólo el necio confunde el valor con el precio", esta sigue estando tan o más vigente que entonces. La segunda es que resulta contradictorio que las sociedades no den al agua la importancia que tiene y la desperdicien. Es fundamental para avanzar en los objetivos de desarrollo sostenible que se priorice el cuidado de los recursos hídricos y de los ecosistemas asociados a su provisión, en todas las dimensiones: individual, comunitaria, territorial y nacional.
Escrito por:
Miguel Martínez Tuna, Coordinador de la Iniciativa BIOFIN de PNUD