Las ciudades en Libia dan la bienvenida a sus antiguos habitantes desplazados por la guerra

11 de Mayo de 2023
Children attending school in Tawerga, Libya

La escuela Al-Ma'iyfah fue la primera en retomar las clases en 2016 para los alumnos.

Foto: PNUD Libia

Las cifras mundiales muestran que el número de personas obligadas a abandonar sus hogares dentro de sus propios países está aumentando exponencialmente. En 2022 el número de personas desplazadas internamente aumentó a 71,1 millones, según los nuevos datos del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC por sus siglas en inglés). 

Más allá de las cifras, hay seres humanos que soportan enormes sufrimientos y pérdidas. Las personas desplazadas pueden sufrir discriminación y exclusión, quedar aisladas de sus comunidades y privadas de medios de subsistencia y servicios vitales durante años o incluso generaciones.

Más del 60 % de la programación del PNUD se lleva a cabo en contextos frágiles, incluidas las poblaciones desplazadas a gran escala y está basada en nuestro apoyo a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Agenda de Acción sobre Desplazamiento Interno del Secretario General de las Naciones Unidas.

El conflicto que comenzó en Libia en 2011 obligó a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares, la mayoría en ciudades como la capital, Trípoli. Atrapadas en el desplazamiento, lucharon por encontrar trabajo, cubrir sus necesidades básicas, conseguir una buena educación para sus hijos, mantenerse sanas y sentirse seguras.

Cuando las hostilidades empezaron a cesar, el PNUD y sus socios trabajaron con los gobiernos nacionales y regionales para crear las condiciones necesarias para el retorno voluntario y reconstruir la confianza de los ciudadanos que habían atravesado años de guerra civil y desplazamiento. 

Casi 700.000 personas desplazadas por el conflicto en Libia han podido regresar a sus hogares. Sin embargo, a finales de 2021 aún quedaban 160.000 desplazadas, aunque esta cifra es la más baja desde 2014.
 

Al itihad Alifriqi school destroyed by the conflict

A medida que los residentes regresaban a sus hogares, el consejo local se vio en la tarea urgente de proporcionar servicios esenciales y fomentar la estabilidad en Tawergha.

Foto: PNUD Libia
Girls studying

En Kikla, el Servicio de Estabilización para Libia ha proporcionado a las instituciones educativas pupitres, mesas para profesores, pizarras, oficinas y sillas administrativas, así como 80 naves escolares para seguir impartiendo clases mientras se reconstruyen los colegios.

Foto: PNUD Libia

Devolviendo la vida a Tawergha 

En 2018, cuando Misrata y Tawergha firmaron un tratado de paz mediado por la ONU para poner fin al conflicto entre las dos ciudades, las personas desplazadas internamente de Tawergha pudieron regresar, poniendo fin a un largo capítulo de siete años de conflicto y desplazamiento.

"Cuando se reabrieron las carreteras, dejé mi trabajo en Trípoli, empaqué y regresé a mi ciudad", dice Faisal Essa, que había huido de Tawergha en 2011 junto con el 95 % de sus residentes debido a los intensos enfrentamientos.

Faisal y otras personas que regresaron se encontraron con sus casas e infraestructuras gravemente dañadas y una economía frágil que complicaba aún más la recuperación.

Jumaa también decidió regresar. "Nuestra emoción se convirtió rápidamente en la constatación de que la vuelta no sería fácil. Casi todo había sido destruido", explica. Además de los destrozos, las personas que volvieron se encontraron con la falta de trabajo, electricidad, agua, gas, transporte e instalaciones sanitarias y educativas.

El consejo local tuvo que hacer frente a la urgente tarea de proporcionar servicios esenciales a los antiguos residentes que volvían. El PNUD les ayudó a restablecer los servicios, crear puestos de trabajo y mantener la armonía y las buenas relaciones sociales.
 

"Ahora la situación ha cambiado gracias a la disponibilidad de suministros básicos y muebles. Es esencial para continuar el proceso educativo. Estamos empezando a sentirnos más a gusto en este nuevo entorno".
Fatima Ali Mohammed, profesora de árabe de una escuela primaria

Escuelas, hospitales y empleo: esenciales para las familias 

Entre los trabajos que el PNUD ha apoyado se encuentra la instalación de 40 farolas que funcionan con energía solar y que han hecho que los residentes se sientan más seguros. Una de las farolas está frente a la tienda de Jumaa: "Antes tenía que cerrar la tienda después de la puesta de sol, pero ahora puedo permanecer abierto hasta tarde".

Con el apoyo del PNUD, la administración local ha proporcionado ayuda a pequeñas empresas, lo que ha supuesto la creación de más de 200 puestos de trabajo en Tawergha y la rehabilitación de tres escuelas con más de 500 alumnos. Hasta el momento, más de la mitad de los residentes de antes de la guerra (unas 40.000 personas) han vuelto a sus hogares. "Tawergha ha recuperado su vida poco a poco", afirma Faisal.

La rehabilitación de las escuelas en Libia ha sido fundamental para animar a la gente a regresar a sus ciudades de origen. Faraj, de once años, y su familia fueron desplazados de la ciudad de Sirte. "No podía creer lo que veía. La escuela había quedado completamente destruida, reducida a un montón de escombros", asiente.

Las autoridades municipales de Sirte, con el apoyo del PNUD, emprendieron la renovación completa del edificio de la escuela, tanto por dentro como por fuera. Gracias a estos esfuerzos, ahora 500 alumnos y 82 miembros del personal se benefician de un entorno de aprendizaje transformado.

"La escuela se ve absolutamente preciosa. Me encanta continuar mi educación y perseguir mi sueño de dedicarme a la medicina. También me encanta jugar al fútbol y estoy feliz de poder jugar con mis colegas en el nuevo campo", dice Faraj.

En Sirte, la clínica médica infantil había quedado gravemente dañada por los combates. "No tuvimos más remedio que viajar a Bin Jawad que está a 150 km", explica Awad Khalifa, padre de dos niños. La clínica ya ha sido restaurada y está totalmente equipada para volver a prestar sus servicios a la comunidad.
 

Doctor examins children

Las familias que habían regresado a Kikla no tenían acceso a servicios sanitarios y se veían obligadas a recorrer más de 50 kilómetros para recibir tratamiento.

Foto: PNUD Libia

Del conflicto al camino de la recuperación 

La labor del PNUD para apoyar a las personas desplazadas y retornadas formaba inicialmente parte del Servicio de Estabilización para Libia 2016-2022 (SFL, por sus siglas en inglés), que ayudó a las administraciones nacionales y locales de 24 municipios. Más de 500.000 personas que regresaron se han beneficiado de la mejora de las infraestructuras y del acceso a los servicios; también se ha respaldado la capacidad de los municipios y se ha reforzado la mediación local.

"Nuestra labor de restauración de las comunidades y empoderamiento de las personas desplazadas internas no consiste únicamente en reconstruir infraestructuras, sino en reconstruir vidas. Al fomentar la resiliencia, proporcionar servicios esenciales y promover la consolidación de la paz a nivel local, sentamos las bases para un futuro más próspero e inclusivo", afirma Marc-André Franche, Representante Residente del PNUD en Libia.

El SFL contó con el apoyo de Alemania, el Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Italia, el Japón, Noruega, el Reino de los Países Bajos, el Reino Unido, la República de Corea, Suiza y la Unión Europea. El PNUD sigue ayudando a las personas afectadas por el desplazamiento en el marco del Proyecto de Fortalecimiento de la Capacidad Local de Resiliencia y Recuperación (SLCRR, por sus siglas en inglés), financiado por la Unión Europea.

Una encuesta por muestreo reveló que el 79 % de los residentes estaban satisfechos con las obras civiles y el 60 % de las organizaciones de la sociedad civil y de paz locales consultadas informaron una mejoría en la actuación de las autoridades locales.

Para restablecer la confianza, la legitimidad y la inclusión es necesario abordar las causas profundas del desplazamiento interno y empoderar a las personas atrapadas en las crisis. Así como ocurrió en Libia, el PNUD está apoyando a gobiernos y autoridades locales para garantizar la igualdad de acceso a los derechos y a los servicios básicos, promover la integración socioeconómica, restaurar la seguridad y construir la cohesión social para lograr un cambio real.
 

"Nuestra labor de restauración de las comunidades y empoderamiento de las personas desplazadas internas no consiste únicamente en reconstruir infraestructuras, sino en reconstruir vidas”.
Marc-André Franche, Representante Residente del PNUD en Libia