Recuerdas cuando en el octavo grado la maestra pidió que imaginaras tu vida en 2021? ¿Podrías haber anticipado que hoy habría carros recorriendo nuestras calles manejándose solos? Poco probable. Sin embargo, si te pidiera que recordaras algo sobre tu clase de historia del octavo grado, ¿crees que se te haría difícil? Seguramente lo recordarías sin mayor problema. ¡Cómo olvidar las competencias entre salones de escuela secundaria con sus respectivas coreografías bailables, pero bueno, esa es otra historia!
Pero ¿qué tal si hubieras tenido una clase de pensamiento de futuros?, no apelando a la clásica bola de cristal, sino una clase en la que la maestra desafiara tu realidad actual y tu modelo mental existente guiándote a través de un enfoque sistemático para explorar un futuro alternativo. ¿Podrías entonces haber pensado en esa experiencia de un carro autónomo? Posiblemente.
Y bien ¿qué es el pensamiento de futuros?
Pensamiento de futuros, estudios de futuro, futurismo, futurología. El estudio de futuros no es nada nuevo y ciertamente está aquí para quedarse. Pero ¿qué es? Si bien el pensamiento de futuros (o "futuros" para abreviar) no es una disciplina académica, hoy es ampliamente aceptado como un método o enfoque para pensar en el futuro de una manera estructurada. En lugar de considerar lo que sucederá, el pensamiento de futuros invita a pensar en lo que podría suceder. Sabemos que el futuro no se puede predecir; sin embargo, al considerar sistemáticamente posibles escenarios futuros, podemos obtener una perspectiva diferente sobre cómo lidiar con situaciones actuales.
Y quizás algunos de ustedes dirá ¿no estamos siempre pensando en el futuro? Tomemos, por ejemplo, el ahorro para la jubilación. El acto de ahorrar significa que estamos pensando y planificando para el futuro, ¿correcto? Yo le hice esta pregunta a John Sweeney, cofundador de Participatory Futures Global Swarm. Su respuesta fue afirmativa. Siendo esto así ¿cuál es la diferencia entre pensar en el futuro y simplemente planificar para el futuro? El verdadero desafío, explica Sweeney, es que “la biología trabaja en nuestra contra". No somos necesariamente buenos pensando sobre el futuro porque curiosamente “las partes de nuestro cerebro que se iluminan cuando se nos pregunta sobre el futuro son las partes asociadas con la memoria episódica” dice Sweeney. Esto significa que procesamos lo que entendemos como el futuro inconscientemente a través de un lente de experiencias pasadas. Según Sweeney, si bien es cierto que aprender de nuestro pasado tiene sus beneficios, esta forma de pensar conduce a la planificación para la próxima crisis basados en la última crisis vivida. "Esto limita nuestra oportunidad de aprovechar la imaginación y pensar de manera distinta”, certifica Sweeney.
¿Por qué es importante?
¿Por qué es tan importante pensar de manera diferente? Consideremos nuestra realidad actual la cual es imposible ignorar: una crisis climática que se intensifica rápidamente, una creciente desigualdad mientras millones de personas vuelven a la pobreza en medio de COVID-19. Es fácil dejarse consumir por estos desafíos, y mucho menos encontrarles solución. Suenan como insuperables tareas y por ello se conocen como los desafíos del siglo XXI (de hecho, son justos estos desafíos los que motivaron la creación de los Laboratorios de Aceleración de PNUD). Pensar diferente podría llevar a las soluciones de estos problemas. Jamais Cascio del Instituto del Futuro explica: “Para enfrentar estos problemas con éxito, tenemos que pensar cuidadosamente en las implicaciones y los resultados de los pasos que podríamos tomar, no solo en el momento, pero a medida que las condiciones continúan evolucionando". El pensamiento de futuros hace precisamente eso, "pone los problemas que enfrentamos hoy y las soluciones que podríamos probar en un contexto más amplio "
Poniendo el pensamiento de futuros en práctica
¿Cómo se ve esto realmente? “El objetivo es construir una rutina que podamos usar todos los días y que nos permita afrontar mejor las crisis que surjan sobre la marcha, pero también prepararnos para el largo plazo,” dice Sweeney. A Sweeney le gusta usar el cepillado de dientes como metáfora: “es algo que hacemos todos los días. Aunque quizás, al cepillarnos hoy, no somos conscientes de que estamos previniendo un caso de gingivitis dentro de 20 años, sigue siendo un esfuerzo por planear para el futuro.”
Como Laboratorios de Aceleración, ¿cómo podemos prevenir la gingivitis? es decir, ¿cómo podemos incorporar una práctica en nuestro escenario actual que nos ayude a pensar de manera diferente sobre los desafíos de desarrollo del siglo XXI? Uno de esos enfoques es conocido como "futuros participativos", que se refiere a una serie de metodologías que invitan a los ciudadanos a explorar el futuro para influir desde el presente con acciones concretas.
Ahora bien, aunque los futuros participativos no son necesariamente pensamiento de futuros, afrontemos este concepto como la intersección entre pensamiento de futuros y participación pública. Esta fusión aborda la necesidad de mejorar la toma de decisiones para rendir cuentas beneficiando a las generaciones futuras, reconstruir la confianza en las instituciones, generar resiliencia para incertidumbre y crear un futuro inclusivo donde se compartan las nuevas tecnologías.
Jugando “Nuestros Futuros”
Hablando de tecnología, veamos un ejemplo concreto que pone en práctica futuros participativos. La primera vez que me enfrenté al juego “Nuestros Futuros” fue una experiencia alucinante. Después de una explicación inicial, me encontré en una discusión sobre el uso de interfaces mente-máquina (permite a las personas comunicarse con máquinas a través del pensamiento) para abordar la creciente desigualdad con participantes en tres continentes distintos. ¿El resultado final? Habíamos creado un entorno virtual mediante el cual los ciudadanos de las zonas rurales empobrecidas participaban activamente en la política. Este ejercicio ilustraba cómo los participantes podían ser incluidos en iniciativas políticas de las que de otro modo quedarían excluidos. Simplemente una impresión imborrable.
Ahora, antes que el entusiasmo nos desborde, “Nuestros Futuros” no es un juego sobre la creación de escenarios para el futuro o la previsión del futuro. Más bien se trata de diseñar procesos y enfoques que ayuden a las personas a pensar en el futuro.
El juego funciona de la siguiente manera: en su versión básica, a los participantes se les reparten tres cartas. La primera carta es tu enfoque. ¿Cómo experimentaré este escenario futuro? Hay cinco opciones de enfoque: jugar, sumergir, detectar, crear o deliberar. La segunda carta es tu tarjeta de desafío, ya sea pobreza, fenómenos meteorológicos extremos o pandemias. La lista de desafíos globales es extensa.
Tu tarjeta final es una tarjeta de tecnología, y aquí es donde las cosas se tornan interesantes. Piensa en tatuajes inteligentes (tatuajes con tecnologías digitales para monitorear la salud o almacenar datos personales), edición de genes (edición de secuencias de ADN para erradicar enfermedades) o tal vez incluso enjambres de drones. Lo sé, ¿qué es un enjambre de drones? Antes de descartarlo como un escenario de ciencia ficción en un futuro improbable, considera esto: el ejército de los Estados Unidos está desarrollando esta tecnología para proteger a los helicópteros de combate - piensa en un enjambre de abejas que protegen a su reina. Y así, con una tarjeta de enfoque, de desafío, y de tecnología, se invita a los participantes de “Nuestros Futuros” a confrontar, conversar, idear, y crear prototipos de soluciones sobre su futuro.
Presentación de “Nuestros Futuros” al PNUD
Al igual que aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical, aprender métodos de futuros participativos no es nada diferente a cualquier otro proceso de aprendizaje donde se requiere práctica y dedicación. Con el apoyo de Global Swarm y la red global de los Laboratorios de Aceleración, el Laboratorio de Aceleración del PNUD en Panamá presentó y ejecutó el juego “Nuestros Futuros” como parte del evento oficial de presentación del laboratorio. Con una diversidad de participantes de organizaciones de la sociedad civil, organismos de las Naciones Unidas, gobierno, y el sector privado, a continuación, detallamos algunos futuros participativos que diseñaron los participantes.
Este grupo diseñó un juego donde el impacto de decisiones diarias en el cambio climático sería visualizado en su entorno mediante una escena de realidad mixta. Por ejemplo, si tiras una hoja de papel a la basura en vez de reciclarlo, aparecería una escena desolada como resultado de la tala de un árbol; o alternativamente, si decides comprar madera con una certificación de fuente sostenible, aparecería una escena de realidad mixta de un árbol que se está sembrando. Su argumento considera que las personas quizás tomarían decisiones más concienzudas si están expuestas a las consecuencias de sus acciones, inmediatamente, al poder presenciarlo.
Con el fin de explorar la creciente desigualdad en el país, este equipo utilizó hologramas para involucrar a las comunidades. A través de hologramas, optaron por colocar a los tomadores de decisiones directamente en barrios empobrecidos para llevar a cabo actividades participativas, en lugar de en salas de conferencias de hoteles o salas de congresos. Durante su sesión de lluvia de ideas, imaginaron un entorno con gráficos 3D flotantes estilo "data guy", así como simulaciones económicas basadas en el tiempo, donde la moneda aparecería como un holograma incrustado en su antebrazo. Razonaron que los responsables de la toma de decisiones estarían firmemente inclinados a crear programas más equitativos si pudieran hacerlo mientras experimentaban un entorno simulado que proyectaba crecientes desigualdades.
¿Qué aprendimos?
Es un reto diseñar futuros participativos. Innegable. No sólo es difícil procesar el futuro sin usar el lente de nuestras experiencias previas, sino que es complejo pensar en algo que aún no existe, incluso cuando uno es guiado. Pero quizás el aprendizaje más importante fue que la mente parece doblarse e imaginar maneras en las que podría trabajar hacia un resultado deseado en el futuro desde el presente. Lo que podemos hacer, ahora, es empezar a trabajar hacia futuros posibles y deseables. Aunque puede que no sea a través de interfaces mente-máquina o una escena de realidad mixta, cada experiencia tiene una lección. Para el grupo de realidad mixta que aborda eventos climáticos extremos, es que nuestras decisiones sí importan. Para el grupo de hologramas que aborda la creciente desigualdad, la toma de decisiones colectivas e inclusivas es necesaria, no opcional, para crear políticas más equitativas.
Quisiera implementar Nuestros Futuros
Entonces, ¿crees que estás listo? Si estás interesado en implementar el juego “Nuestros Futuros” en un contexto local, el Laboratorio de Aceleración del PNUD en Panamá recomienda participar primero en un taller. Es una manera perfecta de tantear el contenido de este juego e incluso interactuar con otros participantes y profesionales que pueden guiar el proceso. Sigue cualquiera de las siguientes organizaciones para mantenerte al día con próximos eventos: Journal of Futures Studies, Participatory Futures, y Action Foresight. También te puedes unir al canal de Slack del Global Swarm. Luego, sugerimos pasar a la etapa de facilitación que permite entender el juego a medida que se avanza en la guía a los participantes. Finalmente, asegúrate de unir a más personas y actores a medida que construyes una comunidad que apoya los objetivos a largo plazo hacia la construcción de futuros deseables. Después de todo, como dice la catedrática de UNESCO para Futures Literacy, Loes Damhof, "si todos usan el futuro, todos anticipan". Una vez que hayas adquirido la capacidad, es "difícil no ver diferentes futuros y centrarse únicamente en uno".
Al igual que leer y escribir, dice Damhof: "es imposible imaginar cómo era tu vida antes".
¡Éxitos en el desarrollo de futuros participativos!
Recursos Adicionales
Además de la literatura central detrás del juego, “Nuestros Futuros”, hay una serie de otras organizaciones con mucha información para saciar hasta al pensador de futuros más curioso incluyendo: World Future Society, World Futures Studies Federation, Institute for the Future, y el Millennium Project.