Salud para todas las personas
15 de Septiembre de 2023
En la Asamblea General de las Naciones Unidas, durante las reuniones de alto nivel sobre pandemias, tuberculosis y cobertura sanitaria universal, así como en los encuentros para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la acción climática y la financiación para el desarrollo, los líderes mundiales tienen la oportunidad de abordar las crisis que amenazan a las personas y al planeta.
Estas crisis están interconectadas y los temas de salud son parte del foco de atención. La pobreza extrema creció por primera vez en una generación tras la COVID-19, y las mujeres fueron las más afectadas por la pérdida de trabajos durante esta crisis. Aunque para algunas personas la pandemia parece haberse esfumado, continúa teniendo efectos perjudiciales en las respuestas sanitarias, mientras que los conflictos y las enfermedades infecciosas relacionadas con los cambios en el clima, como la malaria, amenazan a más personas y aumentan el riesgo de epidemias.
Sin acciones ambiciosas, el mundo no alcanzará las metas de los ODS relacionadas con la salud y estará aún menos preparado para futuras pandemias.
Cumplir la promesa de los ODS, incluida la salud y el bienestar para todas las personas, exige construir sistemas sanitarios que no dejen a nadie atrás y prioricen a las personas más rezagadas.
Cuando los programas y políticas de salud se rigen por la ciencia, la equidad y el acceso para todas las personas, podemos acabar con las pandemias, ahora y en el futuro.
Nuestra experiencia respondiendo ante el VIH y la tuberculosis a través de la alianza del PNUD con el Fondo Mundial (en inglés) ofrece lecciones valiosas. En Angola, Cuba y el Sudán, los programas de salud tienen como objetivo mejorar el acceso equitativo a las innovaciones y la atención sanitaria, y crear sistemas de salud resilientes y sostenibles que ayuden a mitigar el riesgo y a responder a las pandemias, a las crisis climáticas y a otros retos de desarrollo.
Innovaciones en las pruebas del VIH
Los avances en la lucha contra el VIH siguen siendo desiguales en todo el mundo. En Cuba, las nuevas infecciones han disminuido un 13 % desde 2010, pero aumentaron casi el 6 % para los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y cerca del 20 % para las personas transgénero en 2017. Casi un tercio de las personas que viven con el virus en todo el país no reciben tratamiento, que salva vidas y previene nuevas infecciones.
Para acceder al tratamiento, la persona primero debe saber si tiene el virus. En 2022, se estimó que una cuarta parte de las personas viviendo con el VIH en Cuba lo desconocían. Esta cifra puede disminuir con el acceso a las pruebas de detección, incluso entre las personas transgénero y los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, colectivos que pueden verse disuadidos de acceder a los servicios debido al estigma y la discriminación relacionados con el VIH.
En octubre de 2022, el PNUD y el Ministerio de Salud Pública de Cuba ofrecieron pruebas de autoanálisis del VIH para personas transgénero y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres a través de 30 clínicas en La Habana y las principales ciudades provinciales. El autodiagnóstico es rápido y privado, lo que permite a las personas que pueden haber retrasado las pruebas por miedo al estigma acceder antes a otros servicios relacionados con el VIH.
Además de las clínicas, el PNUD apoya a la Red HSH-Cuba y a la Red TransCuba para que presten servicios de asesoramiento y salud sexual, incluyendo pruebas rápidas de detección del VIH. Las ONG realizan actividades de divulgación en espacios públicos, como fiestas y centros comunitarios, con el objetivo de fomentar las pruebas, la prevención y el tratamiento del VIH. Desde la pandemia de COVID-19, la Red HSH-Cuba ofrece pruebas rápidas desde las casas de los dirigentes de la organización para proteger la confidencialidad y aumentar el acceso.
Datos de 2022 (en inglés) muestran que más de 43.000 hombres que mantuvieron relaciones sexuales con hombres, así como 1.010 mujeres transgénero accedieron a las pruebas de detección del virus a través de estas dos organizaciones, llegando así al 15 % y al 28 % de sus respectivas poblaciones estimadas. El aumento de las pruebas está permitiendo que más personas accedan a los servicios de tratamiento y prevención. En 2022, esta asistencia llegó al 88 % de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que viven con el VIH y al 92 % de las personas transgénero que viven con virus.
La red HSH-Cuba está llevando a cabo una prueba piloto de autodiagnóstico del VIH en la unidad médica Prosalud de La Habana para seguir promoviendo enfoques dirigidos por la comunidad. La privacidad y comodidad de la autoprueba podría llegar a más parejas de personas que viven con el VIH y a otros contactos que no frecuentan las clínicas.
Siguiendo las recomendaciones de la OMS, en 2024 el autodiagnóstico se ofrecerá en todo el país a través de clínicas y organizaciones dirigidas por comunidades clave. Este enfoque empodera a las comunidades afectadas y a las redes comunitarias para prevenir la propagación del VIH. También amplía la cobertura de los servicios sanitarios para alcanzar el objetivo de Cuba de que el 95 % de las personas que viven con el VIH conozcan su estado, como parte de la alianza de las Naciones Unidas con el país y las organizaciones de comunidades clave para acabar con el VIH desde 1998.
Poner fin a la tuberculosis a través de la justicia
Los avances globales para poner fin a la tuberculosis, una enfermedad transmitida por el aire y que es más letal que el SIDA, fueron revertidos (en inglés) por las interrupciones en los servicios de salud debido a la COVID-19, así como los consecuentes impactos en los medios de vida. En Angola, la tuberculosis sigue siendo la tercera causa de muerte entre las personas de 15 a 49 años, lo que la sitúa entre los países con más casos de tuberculosis a nivel anual.
La cobertura de los servicios sanitarios (en inglés) es baja, especialmente entre aquellas personas de bajos ingresos. De hecho, el 60 % de los servicios dedicados a poner fin a la tuberculosis están ubicados en Luanda, la capital. En 2018, más del 12 % de los hogares del país gastaron más de una cuarta parte de sus presupuestos en atención sanitaria, hecho que empujó a 1,6 millones de personas a la pobreza extrema.
Junto con el Gobierno de Angola y Development Aid from People to People (en inglés), en el PNUD estamos brindando información pedagógica sobre la tuberculosis en zonas remotas de Benguela y Cuanza Sur mediante el despliegue de trabajadores de salud comunitarios, quienes tratan de desafiar el estigma y los conceptos equivocados que pueden retrasar el tratamiento, el diagnóstico o incluso suspender el tratamiento. Visitan a los pacientes, entregan medicamentos y alientan a las personas a completar el tratamiento, ayudando a prevenir nuevas infecciones y a evitar la resistencia a los medicamentos.
Los trabajadores de salud comunitarios conectan a las comunidades remotas con los centros sanitarios, proporcionando un vínculo vital para prevenir y responder a la enfermedad. Llegan a personas que, debido a su ubicación y a la incapacidad para cubrir los costes sanitarios, permanecen sin diagnosticar ni recibir tratamiento. Ellos fueron fundamentales para mejorar la notificación de casos de tuberculosis tras la COVID-19, que impactó negativamente en las pruebas de tuberculosis.
En el primer semestre de 2023, la asociación diagnosticó al 97 % de los casos de tuberculosis que se preveía, un aumento del nueve puntos porcentuales con respecto a los seis meses anteriores. De quienes comenzaron el tratamiento, proporcionado y entregado de forma gratuita, el 83 % se curó, lo que es una señal clara de que cada vez más personas desatendidas acceden a la atención médica sin dificultades financieras adicionales, una condición clave para lograr la cobertura sanitaria universal.
Asistencia sanitaria en tiempos de crisis
La crisis en el Sudán ha dejado a decenas de millones de personas necesitadas de asistencia sanitaria en un país gravemente expuesto al cambio climático. Más de cinco millones de personas (en inglés) han huido de la violencia, incluido un millón a países vecinos. El sistema sanitario del Sudán (en inglés) se encuentra bajo una presión excepcional, con más de dos tercios de los hospitales, principalmente en Jartum, fuera de servicio.
El acceso restringido a la atención médica tiene consecuencias de gran alcance. Globalmente, más del 70 % de los casos de enfermedades infecciosas con tendencia epidémica se encuentran en entornos vulnerables, frágiles y afectados por conflictos. Las interrupciones del tratamiento del VIH y la tuberculosis aumentan el riesgo de muerte, la resistencia a los medicamentos y la transmisión de enfermedades.
En el PNUD brindamos apoyo (en inglés) a los trabajadores de la salud, así como ayuda a que las instalaciones y los suministros sanitarios para puedan seguir adelante con los tratamientos médicos que salvan vidas en el Sudán. Con el Fondo Nacional de Suministros Médicos y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), estragamos medicamentos a los centros de salud que siguen operativos. Los suministros cubrirán las necesidades inmediatas del país para garantizar el tratamiento continuo de 11.000 personas que viven con el VIH y mantener el programa nacional de tuberculosis en marcha para tratar los 21.000 casos previstos.
En el PNUD también trabajamos junto con el Programa Nacional de VIH y Tuberculosis del Sudán para mapear las instalaciones de salud operativas y realizar un seguimiento de todos los pacientes que requieren tratamiento para el VIH y la tuberculosis. Brindamos apoyo tanto para los costos de personal, como para los operacionales, de comunicaciones y de combustible en los centros de salud estatales y programas comunitarios para garantizar la continuidad de los servicios. Además, estamos desplegando nueve centros móviles de atención primaria en zonas remotas y de difícil acceso, incluso para personas desplazadas internamente, en colaboración con el Ministerio Federal de Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONG humanitarias.
Además, seguimos ofreciendo ayuda para la rehabilitación del sistema de salud: los suministros y equipos de diagnóstico de laboratorio, las instalaciones de energía solar en 110 centros sanitarios, el oxígeno suministrado por siete plantas y cilindros de adsorción por oscilación de presión y dos incineradores de desechos biomédicos de gran volumen mantienen los servicios operativos.
Todo ello ayudará a prevenir una catástrofe humanitaria más grande y al mismo tiempo mejorará los sistemas de salud para evitar un brote más amplio de VIH y tuberculosis. Forma parte de la Oferta de Estabilización Comunitaria de Emergencia del PNUD en el Sudán (en inglés), que también apoya el empleo de emergencia, la producción agrícola continua y servicios esenciales como el acceso a energía limpia y sistemas de agua con energía solar. En conjunto, estos programas ayudan a salvaguardar el progreso socioeconómico y abordar los déficits de desarrollo subyacentes que causan conflictos, lo que puede aumentar aún más el riesgo de pandemia.
Mantener la promesa en pie
Tanto en Angola, Cuba, el Sudán y otros lugares, en el PNUD estamos acelerando el progreso hacia los ODS para cumplir la promesa de salud y bienestar para todas las personas en un planeta próspero. En temas de salud, nos estamos asociando con países y comunidades para construir sistemas sanitarios resilientes e inclusivos que pongan fin a las epidemias como la tuberculosis, logren una cobertura sanitaria universal y se preparen para futuras pandemias, impulsadas tanto por el cambio climático como por los conflictos.
Para los líderes mundiales, la complacencia, el status quo y los retoques aquí y allá no serán suficientes. Debemos tener la ambición de movilizar inversiones e impulsar acciones que propicien sistemas de salud que brinden servicios a todas las personas, en todas partes; hoy y mañana.
Debemos cumplir nuestra promesa. Por una vida sana y el bienestar de las personas en un planeta que prospera.