Un Laboratorio de Experimentos para los Mercados del Futuro
12 de Abril de 2023
Este blog fue escrito por Gabriela Valencia, Directora de Compromiso Social de Giro Urbano, quien contribuyó a una serie de actividades de aprendizaje generadas por el Laboratorio de Aceleración del PNUD Panamá junto con la Oficina de Mercados Públicos del Municipio de Panamá y la organización sin fines de lucro Re-inventa, en el marco del desarrollo de la Red Integrada de Mercados Públicos Municipales. Para obtener más información sobre nuestra metodología y proceso, no dude en leer nuestra publicación completa aquí.
Constantemente nos advierte la economista Kate Raworth con su radical modelo económico de la Economía del Donut, que en este mundo todas las personas deben tener cubiertas las necesidades esenciales sin cruzar los límites del planeta. Y no, no se refiere a los límites del espacio aéreo y exterior.
Visualízalo tal como lo describe su nombre, como un donut o rosquilla gigante flotando en el medio del mar en donde los seres humanos debemos mantenernos balanceados sobre el donut para no desestabilizar lo único que nos mantiene secos y a flote.
A lo externo del donut están los límites del planeta y hacia el borde interno está el límite de los fundamentos sociales de subsistencia. Si caes al agua, desestabilizarás el donut y a todas las personas sobre él. Parece lógico, ¿no?
Sin embargo, lo radical del modelo de Kate está en lograr que todas las personas comprendan la urgencia, como una advertencia actual, de que deben mantenerse sobre el donut y no lanzarse a nadar en busca de otros donuts o zambullirse en el centro pues podría saturarse de personas con las mismas necesidades.
Esta relación de balance humano-social-ambiental entre lo que Kate llama el techo tecnológico y los fundamentos sociales es justamente lo que la economía circular ha venido a enseñarnos.
Luego de varios meses de diagnóstico, observación y reflexión colectiva sobre las potencialidades de la circularidad para el MSFN, arribamos a una serie de conclusiones enmarcadas en ideas y herramientas accionables.
Es lo que denominamos dentro del proceso como un portafolio de experimentos. Que no es más que un conjunto de proyectos tangibles deliberadamente conectados que aprenden y construyen unos de los otros.
Con la finalidad de lograr que a largo plazo los mercados públicos de la red de mercados se transformen en mercados inteligentes, humanos y verdes bajo el modelo de economía circular, hemos ideado una hoja de ruta ágil de proyectos (cortos, rápidos, de bajo costo y efectivos) que impulsan al MSFN como un Laboratorio de Economía Circular implementado a través de la transformación participativa.
Los proyectos ideados consideran la interconexión y la sostenibilidad integral de los principales ejes de influencia que surgieron de los aprendizajes de las fases anteriores, promoviendo los principios del modelo de economía circular en el MSFN como la cooperación, resiliencia y participación ciudadana, visión sistémica y enfoque territorial de los mercados públicos e innovación y gestión ambiental.
Los proyectos los hemos agrupado bajo cuatro carteras o áreas de enfoque los cuales comprenden la gestión de residuos, acción e integración comunitaria, digitalización y el rescate de alimentos.
Es así, como el primer portafolio de experimentación de este laboratorio de economía circular envuelve diez experimentos ágiles, cinco priorizados y cinco por considerar a futuro.
Entre los proyectos a resaltar, encontramos el proyecto denominado Las Caras del Mercado San Felipe Neri que busca probar la hipótesis de si es posible reconocer y visibilizar la historia del mercado y su relación con la comunidad y sus personas. De ser posible, entonces el mercado tendrá un atractivo histórico-cultural que atraerá a las comunidades aledañas y otras personas.
O el proyecto de Alianza de Rescate de Alimentos que busca comprobar si es posible promover recetas o productos basados en excedentes de alimentos provenientes del mercado. De comprobarse, entonces el mercado reducirá el volumen de excedentes alimentarios que terminan en el vertedero, aportará a la seguridad alimentaria de comunidades e impulsará nuevas alianzas públicas-privadas.
Estas intervenciones son trabajadas mediante la participación interrelacionada de la red de soluciones externa al Mercado San Felipe Neri – y a su vez considera la participación constante de los interesados claves del mercado; funcionarios, arrendatarios, administradores y usuarios.
Todos deseamos mercados que generen menos residuos porque tenemos el genuino deseo de resolver el problema de la basura en todos los contextos en los que interactuamos.
Con menos obviedad, este proceso resalta la importancia de que los mercados lideren estos esfuerzos porque resultarán en el desarrollo de proyectos, planes y políticas generadas desde las necesidades locales.
Entonces, si tenemos un genuino interés por mejorar la gestión de los residuos, y en el caso del MSFN ya sabemos que el 99% de los residuos son recuperables.
¿Cómo podemos accionar desde la historia y los aprendizajes del MSFN, y lograr la adopción de nuevos procesos de circularidad en este y nuevos mercados?
Si algo nos deja claro este ciclo de exploración es debemos empezar por comprender los retos y las iniciativas desde las personas.
Reconocemos que este primer ciclo de abordaje en torno a la economía circular del MSFN dejará como base una metodología estructurada que ayudará a seguir construyendo conocimiento hacia los mercados del futuro.
Sin embargo, no bastará con crear más sistemas de gestión que deriven en soluciones implementadas de arriba hacia abajo o solo desde las instituciones, o que no consideren las dinámicas sociales y los hábitos humanos de los contextos específicos y las soluciones que surgen desde lo local.
Por lo tanto, se debe admitir que la economía circular es un modelo de sistema más humano que técnico cuya estrategia se debe impulsar desde el conocimiento local, reforzado por una red de soluciones que promueva la ideación activa y participativa, y adoptado para generar valor económico, ambiental y social más responsable.
Este es un ciclo continuo y regenerativo que deberá formar parte habitual de las interacciones económicas y sociales en torno a los mercados públicos.
Así como el modelo económico radical del donut de Kate sugiere un enfoque más humanizado sobre cómo abordar los retos sistémicos actuales. Y porque solo nosotros de manera coordinada podemos balancear y mantener a flote el donut.
La identidad, viabilidad de la circularidad y relevancia en el tiempo del MSFN y los Mercados del Futuro, dependerán en gran medida de la interconexión de sus historias, dinámicas sociales, económicas, culturales y territoriales centralizadas en generar conocimiento, identificar oportunidades y accionar con, y para las personas.