Uno que incluya mejoras productivas y sociales para las personas
Cómo tres clústeres de confección pueden mostrarnos un nuevo camino para la industria
21 de Junio de 2024
“Es lindo ver cómo están trabajando mejor en conjunto” nos menciona Eva Torales, Consultora en campo del Programa Local. Eva trabaja mano a mano con dueñas y dueños de 13 talleres de confección en distintos puntos del país, que están mejorando sus capacidades con el apoyo del Programa Local.
Paraguay se enfrenta al desafío de dar un salto productivo que le permita avanzar hacia la industrialización nacional como camino de desarrollo con valor agregado, diversificando su matriz productiva y promoviendo trabajo local de calidad, sostenible y replicable.
Promover la industria nacional es un desafío de gran relevancia que une voluntades, mujeres emprendedoras que llevan adelante su taller textil, manufacturas y empresas, históricas del rubro y, autoridades nacionales que encaminan políticas públicas en el área del hacer.
Esta trama común permite transformar realidades y experiencias en políticas públicas para mejorar la productividad, fomentar el trabajo decente y la asociatividad, en el camino de promover las competencias territoriales para la industria.
Con alrededor de 64.000 puestos de trabajo generados [1], el sector textil representa un pilar fundamental para la economía paraguaya y en particular para la industria nacional. Sin embargo aún hay mucho espacio para crecer y de una manera no convencional. Este rubro puede hacer frente a las trabas actuales y potenciar el desarrollo, usando los desafíos y la creatividad como insumo.
La industria de corte y confección en el país, es una de las que tiene mayor potencial de desarrollo por la existencia de varios clústeres dedicados al rubro, el cúmulo de iniciativas anteriores que dejaron capacidades organizativas y productivas como punto de partida y, la demanda creciente de marcas nacionales y regionales para tercerizar actividades manufactureras.
Estos clústeres industriales están compuestos por numerosas pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) organizadas formal e informalmente, que emplean generalmente entre 3 y 15 trabajadores y producen una variedad de prendas de vestir para el mercado interno y, en menor medida, servicios de confección para empresas exportadoras. Tienen un gran potencial de generar crecimiento económico y empleo de mayor calidad a través de estrategias de manufactura flexible y competitividad territorial colectiva [2].
Pero para poder alcanzar este potencial es necesario conectar los clústeres a mercados dinámicos, adecuar a las empresas y capacitar a las técnicas y técnicos dentro de estas aglomeraciones industriales, para cumplir con la calidad demandada en esos mercados. Y además, los clústeres de MIPYMES de confección deben enfrentar una serie de retos que incluyen:
- Mejoras en el manejo financiero, contable y administrativo de las unidades, especialmente en la planificación de la producción y el control de la calidad.
- Mejoras de equipamiento y planta física para cumplir con demandas de productos y de calidad.
- Mejora en su acceso y retención de mano de obra calificada para cumplir con demandas de productos y de calidad.
- Fortalecimiento y formalización del asociativismo y de las redes de colaboración y subcontratación dentro de los clústeres.
El año pasado, a través del Censo de Confeccionistas que realizamos desde el Laboratorio de Aceleración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), recabamos datos de más de 370 talleres de confección en clústeres textiles y confeccionistas de Pilar, Yaguarón y Mariano Roque Alonso, y con esta información, pensando en la mejora continua desde un enfoque territorial, nos preguntamos: ¿Cómo logramos mejoras productivas y sociales en clústeres de confección, aprovechando sus características propias y sus relaciones con empresas ancla?
Así nació Local, un Programa de Competencias Territoriales para la Industria desarrollado por el PNUD, que trabaja en el marco de la Estrategia de Promoción y Formalización de las MIPYMES del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) y la Estrategia Integral para la Formalización del Empleo, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS).
Local aborda las barreras multidimensionales a la formalización de las empresas y el empleo: integrando intervenciones entre ellas mismas, a través de la asociatividad; con empresas ancla para aumentar el acceso a mercados; y con ello la productividad laboral, buscando impulsar el desarrollo, una mejor calidad de vida e impactar en el trabajo decente para quienes trabajan en el rubro. El desarrollo del Programa superó las 500 horas de trabajo, alcanzó alrededor de 22.000 productos confeccionados por los talleres y dictó capacitaciones que involucraron a más de 100 personas, entre dueñas y dueños de talleres, personal técnico y docentes.
Tres clústeres
Aproximadamente el 40% de las empresas del rubro textil y de confecciones del país están concentradas en los departamentos Central y Ñeembucú, mostrando una alta especialización en este sector productivo [3]. Es por esto que Local trabaja en zonas donde existe un cúmulo importante de confeccionistas dentro del país: Mariano Roque Alonso, un polo de confección emergente en los últimos años a pocos minutos de Asunción; Yaguarón, con un legado histórico en pantalonería; y la ciudad de Pilar, muy reconocida durante los años del boom algodonero, por el legado artesanal de sus mujeres.
Estas tres zonas representan una importante oportunidad de desarrollo para la industria paraguaya. Según los datos de los Censos de Confección realizados por el PNUD en estos tres territorios, los talleres y fábricas de confección producen al menos 1.660 puestos de trabajo en la temporada alta de trabajo.
¿Qué propone Local?
El programa Local comenzó en febrero del 2023 a partir de los datos obtenidos sobre la eficiencia y la capacidad productiva de los talleres, durante el Censo de Confeccionistas de las ciudades de Pilar, Yaguarón y Mariano Roque Alonso,impulsados por el PNUD, donde se identificaron las características y necesidades de formación técnica, equipamiento e infraestructura de las MIPYMES del sector. Con estos datos, y junto con actores involucrados a nivel local, se diseñaron intervenciones, buscando mejoras en las tres áreas específicas en las que se enfoca el programa: producción, asociativismo y condiciones de trabajo.
Se observaron relaciones entre importantes empresas ancla del territorio y talleres de confección aplicando los planes de mejora, a medida que se producían las prendas, poniendo especial atención en el desarrollo de los talleres proveedores. En el marco del programa se logró reanudar un lazo productivo existente, y en otros casos se logró reconectar a los talleres con nuevas empresas ancla.
Los 13 talleres de confección seleccionados recibieron un Plan de Mejora diseñado para cada uno, incluyó capacitaciones, mentorías, asistencias técnicas y seguimiento a cada uno de los talleres en los tres ejes que abordó el Programa (Productividad, Asociatividad y Trabajo Decente). Este plan fue ejecutado en simultáneo a la producción regular de cada taller dentro de la relación de encadenamiento productivo existente con las empresas ancla, para poder medir y evaluar el posible impacto de las intervenciones en esta sinergia.
Una metodología coordinada en simultáneo, y en tres territorios
Un diferencial del Programa Local, es que su diseño articula las necesidades de cada sector. Para poder comenzar a trabajar con los talleres se tuvo en cuenta los diagnósticos de los talleres seleccionados, sus necesidades de mejora y al mismo tiempo la evaluación de los talleres desde una visión de las empresas ancla, sus requerimientos específicos en relación con el tipo de producto, calidad, tiempo de entrega y procesos, entre otros.
A partir de estas necesidades, el equipo técnico esbozó una propuesta de Plan de Mejora que fue validado con cada taller según sus intereses, necesidades y posibilidades de ejecución en el tiempo en que se desarrolló el programa. Una vez validado se establecieron cronogramas de trabajo individuales con cada taller. Otro aspecto importante es que el diseño del Plan de Mejora incluyó también oportunidades de transferencia de conocimiento para cada clúster en todos los ejes de las mejoras propuestas, esto se materializó a través de capacitaciones abiertas en espacios comunitarios cedidos por el gobierno local (municipalidades) y otros actores locales que fueron parte de las capacitaciones y dieron soporte para llegar aún a más personas.
Para llevar adelante una operación de esta envergadura, el programa trabajó con la Dirección Nacional de Emprendedurismo (DINAEM) y el Centro de Apoyo a Emprendedores (CAE) del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), con el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (SINAFOCAL) y el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) del Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS). Trabajó asimismo con equipos locales como las municipalidades de Mariano Roque Alonso, Yaguarón y Pilar, asociaciones de confeccionistas, de artesanas y artesanos, cooperativas, etc. y coordinadamente con empresas ancla que contrataron a los talleres: Narella, High Low, GIMSA, Manufactura Pilar e IRE Moda.
Aprendizajes Iniciales
El objetivo final de esta iniciativa es mejorar procesos y fortalecer las capacidades territoriales de la industria textil a partir de la mejora de los talleres, promover su asociatividad como camino de sostenibilidad y mejora continua, además de llegar a las y los tomadores de decisiones, para seguir aportando al rubro y al país con datos basados en evidencia que puedan traducirse en políticas públicas.
Una evaluación inicial de los logros y lecciones del proyecto revela cambios en los conocimientos, actitudes y prácticas del grupo participante en estas tres áreas.
Nuevas prácticas que mejoran la producción y comercialización
Las mejoras relacionadas con la producción y comercialización son las que más destacan. Por ejemplo, en los clústeres de Yaguarón y Pilar, al menos 4 talleres diversificaron sus clientes mediante referencias del equipo técnico de Local, mientras que en los tres clústeres se observa que los talleres aumentaron su volumen de producción con clientes existentes. Nuevos hábitos, como establecer metas productivas diarias, registrar los volúmenes diarios de producción y reorganizar los espacios físicos de trabajo utilizando principios de Lean Production (la metodología japonesa 5S), ayudaron a satisfacer estas nuevas demandas de producción. “Estoy anotando por proceso y produciendo camisas con un diseño complejo que lleva muchos pasos. Creo que la planilla (de producción) sirve mucho para calcular los tiempos y controlar la producción.”, destacaba Elsa, una de las talleristas de Yaguarón, durante el seguimiento posterior a las capacitaciones brindadas como parte del programa.
Las dueñas y dueños de talleres adquirieron nuevos conocimientos sobre la estructura de la cadena de valor de la confección y su lugar dentro de ella, y llegaron a apreciar la importancia de medir sus costos de producción y mantener una comunicación asertiva con las empresas ancla, con el fin de mejorar su eficiencia y rentabilidad. “Durante el ejercicio de flujograma, me di cuenta de todo el proceso real que lleva producir un pantalón y pude medir mejor mis tiempos e identificar ciertos errores”, comentó Mario, uno de los confeccionistas seleccionados de Pilar.
Además, el equipo de Local observó un creciente interés de parte de los talleristas en la digitalización de los procesos administrativos y comerciales, lo que refleja actitudes positivas hacia la tecnología como medio de mejora de la producción, abriéndose el camino a un nuevo desafío de frontera a ser abordado dentro del siguiente ciclo de aprendizaje.
Gestión de talento impactando en el clima laboral
En materia de condiciones laborales, el programa logró mejoras notables en la gestión de recursos humanos, instalando prácticas como registrar los días y horas trabajadas por las y los empleados, identificar y aplicar criterios específicos para la contratación de personas calificadas para tareas especializadas y optimizar las horas de trabajo para lograr la misma producción en menos tiempo. Estos cambios representan un resultado ‘ganar-ganar’, porque mejoran las condiciones de trabajo y al mismo tiempo mejoran la eficiencia de la producción.
“Yo conversé con las chicas (que trabajan en el taller) la mayoría son madres y paran al mediodía para buscar a sus hijos o para ir a sus casas, lo que decidimos con ellas fue acortar las horas de trabajo para que puedan balancear sus responsabilidades, y al hacer este cambio, me sorprendí, porque trabajan menos horas reloj, pero el trabajo es mucho más eficiente, y además están más contentas y faltan menos”nos cuenta Patrocinia Marecos, Propietaria de uno de los talleres de Pilar.
Una segunda área de mejora fue la de infraestructura laboral, añadiendo acondicionadores de aire, reformando sistemas de iluminación y sanitarios, creando de esta forma ambientes de trabajo más cómodos y positivos.
Sentando bases en conjunto. Clústeres más colaborativos y más fuertes
En términos de asociativismo, los cambios observados a lo largo del programa se mantuvieron principalmente en el nivel de conocimientos y actitudes, a medida que los talleristas participantes identificaron sus objetivos y problemas comunes y comenzaron a expresar el deseo de organizar y llevar a cabo actividades colectivas en el futuro.
“En los tres clústeres, se formaron grupos de WhatsApp, donde las y los talleristas comparten datos, inquietudes y se asesoran de forma mutua para acceder a mejores condiciones o servicios. Es lindo ver cómo están trabajando mejor en conjunto” nos menciona Eva Torales, Consultora en campo del Programa Local.
En los siguientes blogs de Local profundizaremos sobre los aprendizajes que dejan estos logros en las tres áreas de trabajo y en los tres clústeres seleccionados para el programa.
[1] (INE, 2023)
[2] (Setrini et al. , 2023) Políticas Industriales Impulsadas por la Demanda. Aprendizajes de Local: Programa de Competencias Territoriales para la Industria. PNUD Paraguay.
[3] (Servín y Masi, 2019)